Ría adentro
Villa pionera en el desarrollo rural, Vegadeo busca la salida a su estancamiento demográfico aprovechando sus potencialidades en el sector de los servicios
La villa de Vegadeo busca la raya de Galicia en los adentros de la ría del Eo. Emplazada en el fondo de ésta, hace de bisagra entre los mundos de la mar y de la tierra. Unas tierras del interior profundo, la comarca de Eo-Oscos, en las que Vegadeo ejerce como cabecera comarcal.
Sus indicadores demográficos muestran indicios de debilidad, baja natalidad, elevada mortalidad y saldo migratorio negativo, que arrojan como resultado una leve regresión demográfica que puede contenerse, aunque sus indicadores económicos revelen una coyuntura de estancamiento para una villa de entidad, servicios, comercio, alta calidad de vida y pionera en los programas de desarrollo rural. Por ello, Vegadeo no parece encontrarse en su mejor momento histórico, aunque, como otras villas de las orillas del Eo, tiene potencial suficiente para engarzarse en los nuevos procesos de desarrollo que se abren en el entorno de la marina occidental.
Su situación de lugar central en el cruce de los colectores interregional y montaña-mar, le permitió conocer épocas más dinámicas. Pero Vegadeo sigue siendo el vértice de la hermosa ría del Eo, que si bien se abre más al Sur, tiene en A Veiga el punto de unión de las dos orillas, por el que cruzan las carreteras y el ferrocarril entre Asturias y Galicia. Dispone de las condiciones precisas para afianzarse como centro comarcal, ubicado entre la ría, la marina interregional y el interior montañoso (Taramundi, los Oscos, valle del Suarón, San Tirso y valle del Eo).
Ha sufrido la dura competencia de Ribadeo, villa que tiene una conciencia más nítida de su centralidad comarcal, conseguida con una estrategia consciente y con el impulso que le dio el traslado hacia ella del principal eje de comunicaciones. La inauguración del puente de los Santos en 1987 y el acondicionamiento de la carretera hasta Luarca dejaron al margen a Vegadeo y al eje hacia Lugo, en favor de Ribadeo y la vía a La Coruña. Desde entonces, Ribadeo ejecutó con decisión una estrategia para constituirse en núcleo urbano de referencia entre Ciudad Astur y La Coruña; con el tiempo hacia esa villa bascularán tanto la mariña lucense como la marina occidental asturiana. Pese a un emplazamiento original de ventaja, Vegadeo quedó en tierra de nadie. El extremo occidental asturiano quedó «embolsado», aislado durante demasiado tiempo de la Asturias metropolitana hacia el Este y menguada su conectividad al Oeste por la naturaleza secundaria del eje en el que se ubica. El resultado es que Vegadeo ha perdido buena parte de su centralidad e influencia comarcal, lo que se refleja en su evolución demográfica. En la primera década del siglo ha pasado de 2.904 residentes a 2.824 (3.187 a 3.057 en la parroquia).
Asturias nunca se ha distinguido por anticipar el poder de las infraestructuras en la ordenación del territorio. En cierta forma, A Veiga es un buen ejemplo de esta singular trascendencia, pues fue a comienzos del XIX cuando un simple lugar de la parroquia de Piantón se va a ir transformando en villa, lo que certifica, en 1851, el traslado del Ayuntamiento a la cabecera del también nuevo concejo, escindido quince años atrás del grande y viejo Castropol. La construcción del puente de Porto en 1862, por el que va a circular la N-640, lo mismo que la del ferrocarril de Villaodrid a Ribadeo en 1903, que tenía estación en Porto-A Veiga, lo cambia todo e impulsan Vegadeo hacia arriba. La clave es el estrechamiento de la ría, que aquí se estrangula por la aparición de dos contrafuertes rocosos. La ventaja, la cercanía de las dos orillas, sobre las que se sitúan primitivamente dos pequeños embarcaderos y sus correspondientes aldeas. La que puede crecer está en la orilla asturiana, sobre el Suarón y el Monjardín, los cuales, una vez unidos, proyectan directamente sus aguas en la ribera gallega y la encharcan con más facilidad, convirtiéndola, más que en una vega, en una marisma. Así que, determinada por la geografía para ser nudo de comunicaciones, A Veiga creó la circunstancia para crecer rápidamente, acogiendo alguna fábrica y bellas casonas de la floreciente burguesía, enriquecida aquí o en ultramar, y que marcaba el estilo de la villa, con sus mansiones y donaciones, como el quiosco de la música del parque Medal, que contribuyen a dar el aire modernista a una villa que pretendía ser exquisita y atrayente para las aldeas de alrededor, las que poblaban la orilla asturiana de la ría, las de los Oscos y de todo el valle medio del Eo a ambos lados de la raya. Décadas después, en 2008, cuando la técnica lo permitió, la Autovía del Cantábrico se construye por el ampliado puente de los Santos, lo que reafirma y consolida la situación creada 21 años antes y mantiene como secundario al eje Barres-Vegadeo-Lugo.
Vegadeo muestra hoy unos indicadores negativos que la ligan más al occidente interior que a la marina costera, pese haber formado parte de una comarca pionera en la modernización de la actividad ganadera, en los programas de desarrollo rural y en la puesta en marcha de nuevas actividades. Actualmente, a pesar de su demografía estancada, la villa ejerce su influencia en su entorno más inmediato, caracterizado por la mengua y el envejecimiento de sus efectivos. Si en 1970 la villa tenía una población que casi alcanzaba a la de Ribadeo, hoy es la mitad, a causa del rápido crecimiento de esa localidad en los últimos quince años. Disimetría de actividades sobre la ría, que concentra la población en una única villa en el lado gallego, mientras que la ribera asturiana es claramente policéntrica, pues reparte generosa sus efectivos entre varias de menor tamaño y singular calidad.
Tras el empuje del programa Oscos-Eo, la comarca pareció revitalizarse y encontrar nuevas vías de futuro, pero desde mediados de la década de 1990 ha entrado en una situación de estancamiento, de necesidad de nuevas ideas y proyectos. Aún con pulso menguante, Vegadeo sigue ejerciendo de referencia comarcal para el interior, en los valles de los ríos Eo, Suarón y otros menores, hasta el contrafuerte de La Bobia y el puerto de La Garganta, que da paso a las tierras altas de los Oscos; sin embargo, tal centralidad no ha sido aprovechada hacia el valle medio del Eo, donde la villa cuenta con grandes posibilidades de extensión de su influencia. En su contra ha jugado la debilidad del eje Asturias-Lugo, hoy secundario respecto al de Ribadeo-La Coruña.
Sin embargo, Vegadeo cuenta con valiosas capacidades territoriales, las que le dan sus caracteres urbanos; la buena dotación de equipamientos y servicios públicos de alcance comarcal; su situación estratégica sobre la ría, que anuda en ella colectores de comunicaciones entre Asturias y Galicia, y entre la costa y el interior; la oportunidad para impulsar un proyecto de integración de la red policéntrica de villas del Eo, todas de especiales atractivos territoriales y que, por ello, ofrecen potenciales más originales, más sofisticados, en su ribera astur que en la gallega; una experiencia ya dilatada en la puesta en marcha de programas de diversificación y desarrollo rural; un fuerte potencial de crecimiento en las actividades terciarias, particularmente en el comercio, los servicios públicos, las nuevas actividades turísticas y una estructura moderna del empleo. Sin embargo, otras cuestiones referidas a la centralidad comarcal y a la ausencia de una estrategia clara de desarrollo, en relación con las otras villas, han matizado estos factores y bloquean sus potenciales, que no pasan por la expansión urbana y el crecimiento, sino por controlar la estabilidad, recuperar dinamismo en ciertas actividades y ofrecer para ello el atractivo de liderar varias villas modélicas que han preservado su calidad frente a la expansión homogeneizadora.
Volver al centro
La villa ha pasado de ser el centro a verse marginada, de crecer hasta los 3.000 habitantes a un ligero retroceso en la última década. Su tamaño la sitúa hoy entre las villas de alta densidad urbana, aunque necesitada de impulso para aprovechar sus buenos equipamientos, la mejora de su paisaje urbano, las nuevas modalidades turísticas, los servicios urbanos y el sector comercial y hostelero. El policentrismo de la margen asturiana de la ría, ampliado hacia Tapia, no es una capacidad menor para los tiempos que vienen. Tomar conciencia de este extraordinario potencial urbano será un primer paso para resituar a Vegadeo liderando un nuevo proyecto de recualificación urbana diferente al del crecimiento.
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