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La abundancia y la escasez no son eternas

19 de Junio del 2012 - Antonio Valle Suárez (Castropol)

Como ciudadano de a pie, a mi edad y con tiempo para observar lo que la mente me da de si para sacar conclusiones, deduzco algo que, sin duda, todos sabíamos pero ahora, con la que está cayendo y las caras que se están viendo venir lo veo, si cabe, más claro todavía.

Desde el tiempo que va trascurrido en lo que va de año se están abriendo pequeños negocios; muchos de ellos de lo más imaginativo, otros resurgen como el caso del taller de zapatos abierto recientemente en Ribadeo; si señor se vuelve aprender el oficio de zapatero remendón, oficio este sin duda muy respetado. Proliferan los anuncios económicos en los medios y, como no, también creciendo por el medio del bis a bis y el buen hacer; es decir, prestaciones adecuadas ofertadas por personal cada vez más cualificado; ya que, sin duda, de poco sirve anunciarse si el cliente no se siente atendido o le dan un mal servicio. Todo lo contrario a la mayoría de los que se abrían hasta hace menos de un año, solo de cara al escaparate o para disimular o transformar casos y cosas poco claras.

Personalmente no me cabe duda alguna que mucho tienen que ver las duras, preocupantes y grandes reformas económicas que estamos sufriendo, y muy especialmente con la desaparición del café para todos, léase ayudas, subvenciones; también prebendas, amigos en organismos oficiales, ascensos y "desascensos" según el viento que sopla, inversiones rápidas con beneficios urgentes (nada tiene que ver esto con lo que muchos conocemos que ocurre en las empresas privados ya que, hasta la fecha y de momento, lógicamente hacen lo que oportuno creen, sin consultar a nadie y, por tanto, en estos casos hago de mi capa un sayo; salvo en aquellos casos que, luego, hay que auxiliar con el dinero de todos).

Desde hace un año, aproximadamente, instalé en la ventana de mi vivienda una casita de madera apropiada para dar de comer a los pájaros. En su día, empezaron muy poco y a poco a acudir tímidamente a ella algún holgazán gorrión y poco más. ¡Hay amigo!, ahora están amontonados todos los días a primera hora de la mañana (no madrugan como antes), peleándose, (esperando a papá estado)petit rojos, carboneros, currucas capirotas, verderones, algún mirlo y, más apartadas, observando, las ladronas pegas (urracas). Resumiendo: No dan ni golpe.

Resumen en mi mente:

1.-Esta nueva situación, sin duda no deseada por casi nadie, nos obliga a todos a buscarnos la vida lo más dignamente posible, inventando, pensando y dando vueltas a la cabeza para que no se oxide y a las cosas para sacar proyectos viables y, a ser posible, provechosas para todos.

2.-No todos los políticos son iguales, algunos semientan gastando lo que les dejaron otros en el saco, lo presente que está viniendo (aunque sea del ladrillo o de la piedra, da igual) y, por supuesto, también lo futuro. Ya se pagará, ya se arreglará. Ahora muchos dicen que es la burbuja heredada. Decía un profesor amigo después de inventada la tortilla todos exclaman que maravilla.

3.-Otros echan cuentas, recortan, amarran el saco, previenen y. vuelven a echar cuentas y a repasar no vaya ser que estén equivocados y, ¡oh casualidad!, son malos, nos castigan, no inventan nada nuevo para que podamos seguir como hasta ahora.

4.-En mi juventud, mis padres, de sus ahorros bien sudados (también los tuyos) me daban 20 duros en papel los domingos y me decía mi padre: Un paisano no puede ir por el mundo sin dinero en el bolso pero.. no los gastes.

Ahora tengo claro que yo eliminaré, si nada ni nadie me lo impide, esa casita de madera para las aves y, así, que se vean obligados a trabajar y, si cabe a inventar también para ganar y conseguir el sustento diario. no vaya ser que me ocurra algo a mi y, después.. algo también a ellos, (ya que no consigo que mi médico me garantice salud y vida eterna). Además están multiplicándose plagas en forma de moscas, pulgones y otras que campan a sus anchas en mi jardín mientras sus depredadores sestean.

¡Claro, claro!, por supuesto que si veo alguno cojo, tullido, con problemas en la respiración o con otra causa seria y justificada, si puedo, le seguiré ayudando y, mientras tanto, guardando el trigo para lo que pueda venir, ¿no les parece?.

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