Noches calurosas
Enclave de situación privilegiada. La llanura lo encumbró y lo bautizó con este altivo nombre. El Altozano de Albacete, además de pavonearse por su aventajada situación geográfica, sabe del cariño que le profesan sus ciudadanos, por ser la plaza más mimada y engalanada de su Ayuntamiento. Hablar del Altozano en Albacete, es imaginar el nacimiento de su ciudad, y que por más que pase el tiempo, será respetada su condición emblemática como plaza, antes de hacerla desaparecer. Testigo de hierro de todos los acontecimientos ocurridos a lo largo de la historia, nunca bajó la guardia. Todo lo contrario, siempre mantuvo el tipo con su elegante presencia. Fue padrino de todos los actos relevantes de la historia, codeándose con personalidades de todo el mundo, sin necesidad de interpretes. Albergó las sedes de los edificios administrativos y de negocios de vanguardia. Fue testigo de tertulias ciudadanas de todo tipo. Si los bancos que alberga su jardín hablarán, no haría falta acudir a los libros de historia para documentarse con fiabilidad.
En las calurosas noches de verano, el mimo es recíproco. Nos brinda su frescura, abriendo sus puertas y ventanas al agradable aire nocturno que corre por estos altozanos naturales. Antes de ir a dormir, nos refresca sutilmente con los chorros de su iluminada fuente, donde el agua es lanzada hacia el cielo estrellado de nuestra entrañable plaza.
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