Manifestarse
También hay personas dedicadas a la política, que se exceden en sus delimitaciones constitucionales y legales. Pero no por ello se van a idear rediles para las distintas clases de actitudes.
El derecho a manifestarse lo recoge la Constitución, y nada dice de quién, dónde o para qué. Cuando se pone en marcha una manifestación, es el pueblo el que habla. Y por lo general es en la calle donde sucede (previo permiso solicitado a la autoridad competente), produciéndose irremediablemente cortes de tráfico, enfrentamientos con las fuerzas del orden, así como, los deterioros en el mobiliario urbano o particular, ocasionados por los indeseables. En este caso, al igual que los diputados están dentro del Congreso, no podemos delimitar una zona que no sea dentro de la ciudad. La calle (entre otros) es el lugar adecuado. O es que habría que manifestarse dentro de los cuarteles de la policía. Los rifirrafes son inevitables, como también ocurre en los debates políticos de cualquier orden. No creo muy acertadas las declaraciones de la delegada del gobierno en Madrid, con la propuesta de medidas hacia las manifestaciones públicas, del tipo autoritario y dictatorial que ella pretende. En política no puedes estar disperso en tus declaraciones, porque enseguida te pasan factura.
No queramos hacer una presa en el desierto para administrar el agua. Es absurdo.
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