Agujeros negros
No hay que buscar más allá de las estrellas. Agujeros negros devoradores de todo lo que se mueve, los tenemos por doquier. Sí. Aquí. A pie de calle.
Un familiar me contaba hace unos días, tener algunos vecinos que, sin necesidad de vivir a millones de años luz, son capaces de buscarla (la luz) mucho más cerca: en los contadores para la energía eléctrica instalados en las zonas comunes del inmueble. Como buenos imitadores, buscan la manera de aprovechar vorazmente la energía de los demás; gracias a sus desarrolladas cualidades cívicas. A ver quien es capaz de frenar el ímpetu impertérrito de estos vecinos tan solidarios, que consumen por cuenta del vecino.
Este ejemplo del agujero negro, es de aplicación general en otros muchos ámbitos. Quién no tiene una sucursal bancaria cerca de su casa. Un Gobierno absolutista y pendenciero. Un Ayuntamiento más tieso que la mojama. Una delegación de Hacienda con telarañas. Una caja única de la Seguridad Social esquilmada. Un cuñado caradura. Un hijo pedigüeño o un agujero en el calcetín, por donde van desapareciendo los paupérrimos ingresos mensuales.
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