Discriminación municipal en Grado
Durante estos días estuvimos en Grau/Grado de fiesta saludable. Se celebró una semana dedicada a distintos aspectos dirigidos a impulsar una serie de hábitos sanos para los ciudadanos moscones. Como tal, el asunto es más que necesario, una serie de temas que pueden ser más o menos de interés para una parte de la población, pero que considero deberían ser abordados con seriedad por la gente; no obstante, me queda cierto regusto ácido cuando el último día, el viernes 22, después de la última sesión, en el programa de actividades leo que se va a dar, merecidamente creo yo, un homenaje a la trayectoria profesional de D. Francisco Crego Marcos y D. Francisco González Aréchaga, médicos jubilados del concejo de Grado. Pero..., siempre tengo algún pero. Da cierto tufillo y algo no me huele bien. Veréis, hace más de tres meses también se jubiló otro médico en Grado, D. Alfonso Joglar Tamargo, después de más de treinta años en el concejo ejerciendo su labor no sólo en la villa sino también en los dispensarios de Sama y Bayu. Me quedan, pues, dudas sobre las razones que han llevado a la concejalía correspondiente, y por ende al Alcalde, al no hacerle el homenaje a él junto a los otros dos. No sé qué criterios les han servido para llevar a cabo tales honores. Y me explico:
-no creo que en profesionalidad haya desmerecido a los otros dos, por lo tanto no supongo que ese sea uno de los criterios para su desaparición del acto y obviarlo totalmente;
-en cuanto a la jubilación, aparte de los distintos años o meses más o menos que llevan separados de su profesión como médicos del sistema sanitario, está tan jubilado como los demás y tampoco considero éste un criterio adecuado para dejarlo fuera;
-respecto a la trayectoria profesional, bueno, me imagino que cada uno de ellos la habrá tenido en función del primer momento en que comenzó a trabajar en bien de todos los ciudadanos hasta el momento de su retiro y no se me ocurre ningún dato que diferencie a unos del otro;
-en cuanto al ámbito geográfico en que han desarrollado sus labores, no deja de ser el concejo de Grau/Grado para los tres, unos por un lado y otros por otro, pero siempre en el mismo.
Así que sólo me quedan dos aspectos por los que no va a ser agasajado ese día: por un lado, aunque sería el colmo, porque no se llama Francisco como el nuevo Papa y, ya sabemos, que el catolicismo apostólico y romano y el PP allá se andan y éstos se creen que fuera de ellos no hay más, y por otro, que resulta más factible, por la cercanía política al partido del gobierno actual y ahí sí que creo que me han cogido, con todas las de la ley: el no homenajeado no es del mismo palo en cuanto a su forma de pensar que los otros dos ni del gobierno municipal y, claro, qué os voy a contar. Cada uno que piense como quiera, pero...
Unas jornadas de salud que cierran con un acto-homenaje así se caen por sí solas. O mejor, las hacen caer precisamente quienes más interés habrían de tener en su buena finalización. Demuestran que hay jornadas sólo para los supuestamente afines, revelan que la salud democrática de quien las haya organizado y de quien las haya autorizado dista mucho de lo que cualquier ciudadano quiere que sea un gobierno municipal. Este colofón desacredita a quien confunde partidismo con ciudadanía, desprestigia a quien haya tenido la ocurrencia y a quien la ha permitido (no vale eso de que yo es que no sabía nada, si no, o disculparse con un ¡meca, no nos dimos cuenta, es que...). Un homenaje público, desde el Ayuntamiento, no puede discriminar de esta manera, es una falta de escrúpulos indecente. Si lo que querían era homenajear a los que consideraban más próximos a su partido, que lo hagan, pero que no lo disfracen de esta manera, dentro de unas jornadas municipales, mejores o peores pero interesantes, que no se merecían algo así. Y que conste, no es cuestión de mayor o menor amistad con cada uno de los protagonistas, es cuestión de sentido común y de responsabilidad en el cargo que se desempeña, que es lo que debe primar a la hora de estos homenajes que se cobijan al amparo del Ayuntamiento.
De verdad que todo esto es una pena. Y me dan pena.
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