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Ayer, hoy y mañana, el ayer

25 de Marzo del 2013 - José Enrique Centén Martín (Sieteiglesias (Madrid))

Annah Arendt en La condición humana, definió el proceso evolutivo del ser humano respecto a su dependencia al trabajo, de la siguiente forma:

El Homo Laborans, se puede identificar con lo más primitivo del ser humano, asociado al proceso biológico, nacimiento, reproducción y muerte, única actividad necesaria para la supervivencia del hombre. Al Animal Laborans no le interesa la sociedad, vive los procesos biológicos naturales únicamente.

El Homo Faber, introduce elementos que puede compartir, como las herramientas que nos libera de vivir solo los procesos biológicos naturales, con el uso de ellas desarrolla un trabajo diferente al Animal Laborans, crea un mundo nuevo y artificial, no perdurable, es el trabajador entregado únicamente a mejorar su existencia, su propio mundo.

El Homo Activus, es la culminación del ser humano, no solo desarrolla y mejora su existencia, es el ser pensante, los hombres miraron a sus propias manos, fueron activos por sí mismos: y aunque, por una parte habían respetado la autoridad, sin embargo por otra parte también habían respetado, del mismo modo, la consideración de sí mismo, la autorreflexión, llamada sabiduría humana, sabiduría mundana.

El creador de la historia, el que desarrolla con su pensamiento la más alta virtud de él, la transmisión de ideas a través del diálogo, para cambiar la sociedad y la humanidad.

En esta última etapa se desarrolló en poco más de cien años, desde finales siglo XIX a los albores del XXI, logrando la mayoría de las mejoras sociales para los asalariados, jornadas laborales justas, seguridad social, vacaciones retribuidas, pagas por beneficios o extras, conciliación laboral, permisos por maternidad o paternidad, de lactancia, para crianza de los hijos, excedencias, pagos de las horas extras y un largo etcétera, todo ellos fruto de esa autorreflexión y jornadas de lucha del colectivo, en interés de la sociedad de la que forma parte. Pero el Capital, que su único interés, la plusvalía, está revirtiendo los términos para el mañana con Reformas Laborales y el desmantelamiento del Bienestar Social, para que volvamos al ayer, a aquella primera etapa, la del Homo Laborans.

Un claro ejemplo lo tenemos en las llamadas grandes empresas, esas del IBEX 35 y otras que las imitan para alcanzar un status parecido. Casi todas han elaborado un dosier para sus empleados, y a las nuevas incorporaciones es lo primero que entregan, lo presentan como curso on-line, donde se describe el comportamiento dentro la empresa para la mejora en tu labor de trabajo, una descripción sutil de individualidad. También el "Código Ético y de Conducta Profesional", que incluye un Canal Directo para comunicarse en caso de que alguien se salga de la ruta marcada por la empresa, delación sin tapujos, ambos manuales son de obligada lectura para que comprender la filosofía de la empresa, sin adornos, manera muy sutil leyendo entre líneas, del deseo en convertir a los empleados en autómatas impersonales, una especie de robot para la función que desarrollan, sin relación con otros, sólo en lo estrictamente necesario para el trabajo, como mucho en pequeños grupos por una función determinada, la realidad es que quieren que seas tú y la empresa, matrimonio que sustituya toda relación externa, solo la individualidad, nada de compañerismo.

Ante esta estrategia sabiamente elaborada con el único fin de descabezar toda reivindicación colectiva, con la finalidad de llevarnos a ser los Homo Laborans del siglo XXI. Debemos de responder contundentemente ante esta actitud y evitar volver a la prehistoria en términos laborales, sólo queda una solución, el apoyo a las movilizaciones en contra de todas las medidas restrictivas a la que nos están sometiendo, todos somos uno, uno con una idea, nuestros derechos por encima de todo y sobre todo. No podemos perder lo que durante cien años, a base de esfuerzos, impuestos, reivindicaciones y represalias costó a nuestros padres y abuelos. Demostremos que no somos indiferentes al desmantelamiento del Bienestar Social, que estamos en contra de la abolición de nuestros derechos dentro y fuera del ámbito laboral al que quieren sumirnos, ese que nos llevaría a la subsistencia primitiva o esclavitud. Como dijo Jean Jacques Rousseau: la igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, ni ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse. Con nuestra contundente repulsa a las medidas restrictivas que el Capital está desarrollando podremos evitar que: el mañana, sea el ayer.

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