Profesora privilegiada
Me considero una persona afortunada ya que actualmente trabajo y me gusta mi trabajo, por lo que no me imagino cómo se tiene que sentir mucha gente que quiere y no puede trabajar o tiene que aceptar cualquier trabajo para salir adelante.
Sin embargo, estoy cansada de tener que dar explicaciones cada vez que un desconocido me pregunta a qué me dedico. Siempre la misma frase. Qué bien vives. La jornada laboral de alumnos y profesores no se reduce al horario de 8.30 a 14.30 (en mi caso en un Instituto). Por una parte los alumnos deben completar su formación en su casa. Por lo que a mí respecta, mi trabajo diario continúa en mi domicilio. Raro es el día que no tengo que corregir trabajos o exámenes (ya que en las horas estipuladas en mi contrato no me da tiempo), preparar clases (mucha gente piensa que como siempre se explica lo mismo eso no se debería hacer pero cada alumno es diferente y por eso no todos lo entienden de la misma manera). Por último, una de las cosas más difíciles es encontrar recursos (ejercicios, prácticas, vídeos, libros) para tratar de estimular a una generación que desgraciadamente ve cómo los adultos tanto con formación como sin ella acabamos en el mismo sitio, en la cola del Servicio Público de Empleo (S.P.E.).
Este año, debido a los recortes, mi contrato como interina finaliza el 30 de junio y no el 10 de septiembre. Esto se puede resumir en una serie de ventajas y desventajas para todos:
1. La Consejería se ahorrará el sueldo de dos meses de verano de miles de interinos, pasando el problema (como se suele hacer en este país) al S.P.E. donde engrosaremos sus listas.
2. Los alumnos que no superen los objetivos del curso, en septiembre serán examinados por otros profesores y algunos de ellos se quedarán también sin tutores. Esto pasa a veces cuando un profesor se jubila, el problema ahora es el número de afectados, quedando en algunos casos departamentos enteros sin profesores. Eso sí, la Consejería asegura que el día 1 de dicho mes los profesores estarán en sus puestos. Pero, ¿cómo?, ¿van a convocar las plazas libres al profesorado interino antes que otros años y nos van a asegurar a los que estamos ahora en un centro que volveremos a ese mismo centro o habrá profesores en distintos centros que tengan que examinar a alumnos que no conocen? El mes de julio el profesorado está a disposición de la Administración y del centro por posibles reclamaciones sin olvidar los exámenes de la Prueba de Acceso a la Universidad (P.A.U.) a principios del citado mes.
3. A título personal una de las cosas que más me molestan es la pérdida de los puntos de los meses de verano para el concurso oposición. Sólo los que han pasado por un proceso selectivo idéntico o similar al nuestro sabrán de qué estoy hablando. Como interina cada dos años, si hay suerte y convocan oposiciones, me encierro para preparar un temario al mismo tiempo que desempeño mi labor docente. Tras cada cambio de gobierno la misma pregunta: ¿y ahora cómo va a ser el sistema por el que nos vamos a examinar? En las últimas oposiciones quedé a 0,11 puntos de la última plaza, pero como las listas de interinos siguen otro criterio, unas 40 personas están delante de mí en dicha lista ya que llevan más años que yo trabajando. En el futuro es probable que esas personas obtengan plaza antes que yo dada su experiencia y ahora, además, interinos de otras comunidades, en este último caso por los puntos de esos dos meses a pesar de haber trabajado lo mismo que yo.
Los recortes nos ahogan a todos menos a los responsables, pero recuerden que la mayoría no hemos provocado esta crisis y en época de bonanza nadie se acordaba de los funcionarios en general cuando su sueldo era inferior al del personal de la construcción. Sin embargo, ahora mismo conviene utilizarnos como diana diariamente frente a la opinión pública. Me despido con mi frase favorita: mi puesto es público, prepara la oposición, saca la plaza y el puesto es tuyo en respuesta a la ya mencionada Qué bien vives como profesor.
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