Diego Cervero, siempre de azul
Ser oviedista conlleva sufrimiento. Una gran verdad que todo seguidor de este gran club conoce. Desde que soy abonado del Real Oviedo las decepciones vividas son incontables, pero este verano todo era ilusión. Nada hacía pensar que tras el ansiado y muy necesario ascenso viviríamos un verano tan triste y agitado. Teniendo todo a favor por una vez, estando razonablemente unidos todos los estamentos del club, esperanzados e ilusionados con vistas a la temporada que nos esperaba, los dirigentes azules toman dos decisiones que a gran parte del oviedismo le ha causado la pérdida de esa ilusión. Hace dos temporadas, en aquel fatídico ejercicio 2006-2007, recuerdo que las cosas no se hicieron de forma tan diferente a la presente temporada: se desmanteló una plantilla muy válida para la categoría (confeccionada por personajillos con nula idea de planificar una plantilla de fútbol) y se desterró de esa plantilla el sentimiento azul. Esta temporada se pretende apartar a Raúl de la dirección deportiva dejando el camino libre a Mata (asesor deportivo externo de la entidad) para confeccionar la plantilla con sus jugadores y no se le concede a Diego Cervero lo que es justo. Cervero, un jugador que al borde de la desaparición de nuestro club permaneció fiel a sus colores y firmó un contrato en blanco, sin condiciones, para quedarse en su club. Eso es lo que tendrían que hacer ustedes ahora, señores consejeros. Cervero, por múltiples razones, debería quedarse hasta que él mismo decidiese. ¿Cuáles son estas razones, se preguntarán? Diego Cervero es un excelente delantero centro para la 2.ª B por su poderío físico, tan necesario en esta categoría. Además en un equipo es fundamental la cohesión entre sus miembros, Diego es el gran capitán de este equipo como no hay desde que descendimos de Primera División. La última vez que prescindimos de Cervero descendimos de nuevo a Tercera, quizá no por su pérdida deportiva sino más bien porque se perdió su capacidad de unir y de hacer sentir a los jugadores que defienden una camiseta muy grande y que tienen que morir por ella en el terreno de juego. No me parece nada descabellado lo que pide el delantero azul, él tiene que renunciar a hacer algo muy importante para su futura vida profesional y a cambio pide lo que es justo. Estoy seguro de que Diego podría defender con dignidad esta camiseta incluso en Segunda División, quizá no con el mismo peso dentro del equipo que ahora pero sería muy válido ya que hay muy pocos jugadores que aporten el trabajo que aporta Cervero. El vacío que dejaría si se confirmara su marcha sería muy difícil de llenar. Por último, quisiera darle todo mi apoyo a este gran delantero, que, pase lo que pase, permanecerá en uno de los lugares destacados de la historia azul. ¡Hala, Oviedo!
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