Respuesta a Beatriz Polledo
En el mundo de la política hay personas –como Beatriz Polledo– que sólo se sienten cómodas en el debate de la ciénaga. Prefieren embarrarlo todo y recurrir al insulto para camuflar su falta de argumentos. Polledo debería ser más respetuosa con las siglas de su partido e intentar debatir en el campo de la razón, donde priman las argumentaciones frente a las descalificaciones.
Retribuciones de los dirigentes del PP
Nos interesamos sobre la legalidad de las retribuciones de los dirigentes regionales del Partido Popular porque recientemente se ha conocido que la Fiscalía Superior de Asturias abrió diligencias para investigar si hay delito en el cobro por parte de diversos miembros de la actual y anteriores direcciones regionales del PP de ingentes cantidades de dinero sin justificar aparentemente. Se trataría de sobresueldos enmascarados mediante kilometrajes altamente sospechosos que llegan a alcanzar los 3.000 euros mensuales por persona. La investigación de la Fiscalía se produce tras una denuncia del sindicato Manos Limpias, basada en las informaciones destapadas en el número de octubre de la revista «Atlántica XXII».
Me alegra saber que Mercedes Fernández y Beatriz Polledo «no reciben retribución ni compensación alguna del Partido Popular» por el ejercicio de sus cargos de presidenta regional del PP –en el caso de Fernández– y presidenta del PP de Siero y vicesecretaria de ideas y programas –en el caso de Polledo–. Y confío en que el tiempo no termine dejando en evidencia esta afirmación de Polledo, porque mentir a los ciudadanos es muy grave, y más en este tipo de asuntos. De hecho, no sería la primera vez que situaciones de este tipo se niegan repetidamente hasta que finalmente son demostradas.
Autoridad para solicitar información
Sorprende que Polledo cuestione la autoridad de los concejales no adscritos de Siero para pedir explicaciones sobre las retribuciones de los dirigentes del PP, ya que cualquier ciudadano está en su derecho de conocer esta información, dado que la mayor parte de la financiación de los partidos políticos procede de las administraciones públicas que se nutren de nuestros impuestos.
Cobardía
Polledo y yo tenemos distintos conceptos de este término. Para mí son cobardes quienes tragan con todo con tal de medrar y estar protegidos bajo las faldas de un partido político. Y son valientes quienes sabiendo que van a ser expulsados de su partido tienen el coraje de plantarse ante las directrices ilógicas de unos dirigentes que anteponen los intereses de partido a la voluntad de los ciudadanos.
Decisión mayoritaria del Grupo municipal Popular de Siero
La perla más valiosa que podemos encontrar en las declaraciones de Polledo es su negación de que la moción de censura de Siero fue apoyada por la mayoría de los miembros del Grupo municipal Popular: cuatro sobre seis concejales, dos terceras partes, el sesenta y seis por ciento. No ser capaz de entender una realidad tan simple como ésta da mucho que pensar.
Curiosa visión la que tiene Polledo del principio democrático de mayorías y minorías, aunque es una idea muy compartida por la partitocracia imperante, caracterizada por estructuras de poder cerradas, escasamente democráticas, en las que sus miembros sólo piensan en perpetuarse en sus puestos utilizando listas electorales cerradas, así como en repartirse prebendas de todo tipo, como las dietas por manutención y kilometraje (ficticio en muchos casos), exentas de impuestos tan comunes en nuestros parlamentos regionales.
Cuestiones pendientes de explicar
Siempre hemos defendido que la mayoría de los votantes del PP en Siero no desea que nuestro concejo tenga un alcalde socialista, por lo que se debería explicar por qué se prefirió que en Siero gobernase el PSOE a que lo hiciesen los concejales elegidos en la candidatura del PP, sobre todo, teniendo en cuenta que en todos los ayuntamientos asturianos donde el centro-derecha es mayoritario los alcaldes pertenecen a Foro o al PP. Sólo en Siero se entendió como algo normal que el antagonismo de los dos grandes partidos a nivel nacional –PP y PSOE– se transformase en alianza, aunque para ello el PP tuviera que defenestrar a la mayoría de sus concejales.
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