Meditaciones de estío

Poco a poco se va yendo el verano en que algunos días, por lo encapotado de los cielos, lluvias y bochornoso «orbayu», más parecería un raro, caluroso otoño... El mundo, ecológicamente, es de todos sabido, va perdiendo su real naturaleza, transformado para mal, debido a la irresponsabilidad del hombre... Por eso «viene con el tramo último del verano, / de pronto, este inesperado frío,... / que podría ser un día radiante / o de un sueño soñado en otro sueño». Tal como rezan los escogitados versos del prestigioso vate de Luarca, Román Suárez Blanco, cumpleañero feliz hace poco (09-08-09). Rematados con una preciosa prosa, inevitablemente poética: «Es posible dormir dentro de un sueño... Es agosto y hay a mi alrededor una multitud que va de paso». Sentimental, sensitivo, grandón él, como su corazón.

Incluso, de los árboles centenarios, gigantes, del Campo San Francisco, en el corazón palpitante de Oviedo, después de ver bucear los patos en su pequeño estanque, fasiánidos que distraen los asombrados y alegres ojos de los niños cuidados por sus padres, dándoles comida; donde sin tocar las aguas, cercanamente, por donde se halla la escultura del Seráfico de Asís, amigo de todos los animales, se ven caminar a paso ganzo, orgullosos, altivos pavos reales, algunos en celo que «se esponjan y gallardean», recordándonos la fábula rubeniana, como al envidioso zorzal, cuya belleza de plumaje, tal el ocelo de sus mágicos colores, le son insoportables; de las ramas enormes de la arboleda, caen las hojas gualdas, realidad que, de seguro, ha sorprendido hasta la misma escultura del inolvidable Manolo Avello, gentil amigo, fraternal Cronista, de quien escribiera su digna sucesora, cordial dama, «la Tilve» como la nominan los lectores de LA NUEVA ESPAÑA: «Gracias a su sensibilidad y fino humor conocimos otro Oviedo»...

Sí, es ese falso otoño que nos viene a recordar el real que desde la temprana juventud, en versos poco conocidos, inspirados en las orillas de El Arlanza («Doce poemas...»), en Quintanar de la Sierra, Burgos, grabara la pluma de un prestigioso médico-psiquiatra, laureado escritor, afincado y apreciado en las Asturias desde hace mucho tiempo, «escondido poeta», José Luis Mediavilla y Ruiz: «Juegan las hojas caídas / con el viento están jugando. / Amarillo está el camino. / Oro el cielo y oro el campo. / Los chopos mandan al río / su vestido de verano. / Estrellas y mariposas / caen en el agua brillando...». Donde también cabría «a posteriori», los «Poemas de Oporto» del lavianés, crítico de arte y ensayista, Silvino Losa Martínez, amoroso rapsoda: «Fuiste / mi musa / en un Oporto encendido. / En el recuerdo / de unos versos / de Andrade, / Pessoa y Gedeâdo. / En el silencio / recorrido / de Lello...».

Pero este verano nos deja, entre muchas, algunas agradables noticias, como ésta: el efusivo, gentil amigo José María Casielles Agudé «ha sido nombrado presidente de los Amigos de la Catedral» (LNE, 10-08-2009), nominación que en muchos de sus amigos ha causado sana y contenta alegría, conocedores de sus virtudes ciudadanas y profesionales, y no digamos cristianas, catedrático ejemplar, y uno de los principales miembros de L’Alderica, que felizmente preside César Álvarez, ex presidente de ASPET, su mentor, donde un grupo selecto de amigos mensualmente se dan cita-cultural, cordial, respetando credos de cualquier matiz político, religioso, ídem, clave del mejor estar fraternalmente en amistad. Ese nombramiento, de seguro, habrá satisfecho al erudito archivero de la Sancta Ovetensis Catedral, escritor y recio-angélico Aedo, Hevia Ballina, Rdo. P. Agustín, que con su escrito «Elogio a la Catedral de Oviedo» (18-12-1999) se ha inmortalizado, a la posteridad. Y aprovechando aquel dicho de «como el Pisuerga pasa por Valladolid», gracias, Agustín, por los inmerecidos elogios que a servidor le hiciste en tu laborioso poema tras leer mis «Palpitaciones poéticas»: «Versos como de exilio sentidos: Emerges tú, Heradio González Cano, / escribidor y escribiente, / vocado a escribano de tus sentires y templado ardor poético, / heredero bien cumplido de tu Rubén del alma... / En grato resumen, / sonme tus versos, Heradio, de los míos parodia e inspiración... / Siempre ciceroniano en el foro y en el ágora. / Versos que bien te acreditan, / con tu verbo de elocuencias sublimes, / por "pico de oro"...».

Sí, se nos va el verano, de recreativa estación anual, para en solaz muchas cosas olvidar y otras recordar, como a tantos conocidos y amigos que ocupan a través del tiempo especial lugar en nuestro corazón, no se pueden olvidar, como esta vez, don Eduardo Gota Losada, quien, cuando se escriben estas líneas, junto a su amada Mariví e hijos, cumple sus añitos feliz (21-08-09); al genial Félix Richard, que ha vuelto con su «Tacita de café» para que con cariño en LA NUEVA ESPAÑA la escanciemos con él; el orgullo de Lugones por querer a su pueblo de verdad, José Antonio Coppen; a otro orgullo de Pravia, nada menos que Monteserín, y faltan tantos..., ¡tantos más!