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Masip, en segunda línea

6 de Noviembre del 2015 - Lucía Estrada Varela y Covadonga Estrada Varela (La Fresneda (Siero))

Según sus declaraciones a este medio, usted no deseaba hacer daño y quería justicia al lograr el derribo de nuestra casa de Figueras. Daño hizo, y mucho; lleva 12 años provocando un sufrimiento psicológico con desasosiego por la incertidumbre de lo que iba a pasar con nuestra casa, anulando nuestras ilusiones desde el minuto cero.

Y justicia se hace en todas direcciones, pues las construcciones que usted tiene detrás, incluso su misma casa, están hechas en el mismo suelo urbano no consolidado que la nuestra, incurriendo incluso en algún caso en alteraciones urbanísticas graves, ¡qué cinismo el suyo! Pero como usted reconoce, la que le molestaba era la nuestra.

¿De verdad todo esto por un poco de vista a la ría del Eo? Cuando usted compró su casa ya sabía que estaba en segunda línea, pero disfrute de sus vistas en el lugar que le corresponde. Y debería contemplarlas durante todo el año: en invierno, en otoño... merecen la pena, prodíguese un poco más e igual le hacen hijo adoptivo del pueblo. Resígnese a ocupar su sitio y a convivir con su conciencia.

Será que usted acaba de llegar y no ama Figueras tanto como nosotros, que somos la tercera generación aquí y ya veníamos con diez días de vida.

Nos gustaría saber (¿lo sabe usted?), aunque de poco vale ya, por qué el Ayuntamiento de Castropol no desarrolló la unidad de actuación, ya aprobada en 2013, que legalizaría nuestra casa, hecha con licencia municipal y anulada posteriormente. ¡Tuvieron años para legalizar! Pudieron hacerlo por cooperación, no siendo necesario el acuerdo de los propietarios, al que alude el Alcalde.

Queremos pensar que la pertenencia al mismo partido político no tiene nada que ver con la desidia e incompetencia municipal. Ya nos hubiera gustado que algún peso pesado de su partido, y no de segunda línea, nos hubiera atendido... en un cajón siguen nuestras peticiones y firmas recogidas para que se paralizara el derribo.

¿Por qué si hay más sentencias de derribo en el Ayuntamiento sólo ejecutan la nuestra? ¿Es que los demás no tienen un Masip detrás? ¿No es la ley igual para todos?

Igualmente nos llamó la atención que varios medios de comunicación se hicieran eco de la noticia y ninguno de carácter público.

Allá las conciencias de cuantos implicados en esta historia actuaron de manera vil y movidos únicamente por la ambición.

Nos hubiera gustado que en el plano emocional el Ayuntamiento hubiera empatizado más con nosotros y hubiera mostrado menos frialdad e insensibilidad, cuando por sentencia son los culpables del derribo de nuestra casa. ¡Cuántos deberían haber ido a segunda línea también!

¿A quién beneficia el derribo de una casa con la que está cayendo en este país? ¡Es de locos hacer esto por ganar más vistas! De todo esto se desprende que han pasado 40 años desde el inicio de la "democracia" y el poder sigue estando al lado del dinero y de la política.

También extraemos aspectos positivos, como son:

Terminó la larga pesadilla de 12 años, estamos muy cansados emocionalmente y ahora toca empezar el "duelo" y prepararse para la segunda batalla: la justicia deja abierta la puerta a una reclamación al Ayuntamiento, ya que no hemos hecho nada ilegal, pero... hay que buscarse la vida: mudanza, notario, arquitecto, peritos, abogado, desalojo de mi hermana, que vivía en esa casa por motivos laborales... ¡qué indefensión!

Las muestras de apoyo de tantos pixotos que vinieron a nuestra puerta, aun sabiendo que nuestra reclamación va en detrimento de sus arcas municipales.

Los testimonios de nuestros vecinos de San Román, con alguno de los cuales todavía hoy nos emocionamos, aun sabiendo que esta sentencia les implica un grave perjuicio: al pasar a suelo urbano no consolidado, no pueden construir ni realizar ninguna reforma en sus viviendas.

Los apoyos incondicionales de la familia.

¡Qué vamos a decir de los amigos; no sabíamos que erais tantos!

Y al igual que las casas, las personas también ocupan la línea que se merecen, y mis padres están en primera línea: tienen un prao (sin casa ya) de primera y en el plano personal su comportamiento nos llena de orgullo.

Lucharon hasta el último día, con serenidad, propiciando diálogo y un hipotético acuerdo, sin engaños, y con la única ambición de salvar la casa que soñaron y proyectaron con tanta ilusión. Nunca faltaron a su palabra y en ningún momento perdieron la dignidad.

La vida sigue y nosotros procuraremos no mirar atrás: sería muy frustrante ver la segunda línea.

¿Y todo esto por ganar un trozo de vista?

Me permito la licencia de despedirme con una cita de Jorge Luis Borges: "La derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce".

Lucía Estrada Varela y Covadonga Estrada Varela

La Fresneda (Siero)

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