Oposiciones imparciales
Desde la atalaya de mi jubilación, y muy lejos de haber formado parte de mi vida laboral del mundo sanitario, y todo esto lo digo con la finalidad de que en ese entorno se eviten pesquisas, para supuestas represalias, simplemente soy un observador de la realidad cotidiana y de los medios de comunicación, y sólo me mueve el deseo de que las cosas funcionen de manera manifiestamente mejorable.
Un día de estos, recientemente, pude leer en un medio de comunicación la polémica suscitada, creo recordar, en el ámbito del Ayuntamiento de Avilés a consecuencia de la realización de un examen de los de tipo test para cubrir una plaza de ingeniero técnico municipal, con carácter interino, y suscitada por la diferencia de puntuación entre el primero y el resto de participantes.
El anterior suceso me ha traído al recuerdo la polémica también suscitada por la celebración de unas pruebas multitudinarias en el recinto ferial de Gijón para ATS/DUE, en las que, según los medios de comunicación, aparecieron abiertos unos paquetes que contenían el examen, también de los de tipo test, y la celebración de las pruebas con un retraso considerable, sin duda achacable a la masiva presentación de concursantes, pero que dio lugar a pensar que algunos privilegiados pudieron tener acceso al examen y que el tiempo de retraso fue el necesario para su preparación; "lo de la mujer del César, que debe ser honrada y parecerlo".
Igualmente, recuerdo que en las últimas pruebas OPE para especialistas del mundo sanitario, en alguna especialidad fueron convocadas sin hacer público un temario o programa al que ceñirse los opositores. En los exámenes tipo test, pudiendo tener acceso a la plantilla de soluciones, ¿quién se va a privar de ello o de facilitarlo a sus preferidos?, y en una prueba de desarrollo, sin un programa establecido, ¿quién, pudiendo hacerlo, va a dejar de orientar a sus preferidos sobre los temas que van a ser objeto de examen?, mientras los demás se desesperan en una vasta preparación, ineficaz e inservible.
Sobre qué medidas habría que tomar para que ese tipo de exámenes fuese justo, imparcial y de conformidad, con el derecho de acceder a la función pública en condiciones de igualdad, que establece el artículo 23 de la Constitución, efectivamente, yo no soy ningún experto, que seguro existen, pero se me ocurre alguna idea:
1.º- Constituir tribunales imparciales y objetivos, que verdaderamente lo sean, no que lo aparenten, sin tendencias comprobadas de comportamientos sectarios, dados al tráfico de influencias o al nepotismo.
2.º- Hacer público el temario o programa al que deban ceñirse los opositores, con el tiempo necesario para su preparación por quien tenga interés.
3.º- Si hay pruebas de las de tipo test, que se preparen 50 o más tipos de exámenes diferentes, previa comprobación de que aquí así lo son, y a la hora de la prueba, por insaculación sea elegido uno.
4.º- Si hubiese otro tipo de pruebas, como de desarrollo, que igualmente por insaculación sean elegidos los temas del programa publicado.
La tendencia del ser humano al tráfico de influencias es evidente y máxime si se dan todas las circunstancias ideales para que así sea...
Luis Fanjul Olano
Oviedo
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