La Nueva España » Cartas de los lectores » Tribuna » De rectorales y texos, con otras curiosas noticias

De rectorales y texos, con otras curiosas noticias

5 de Septiembre del 2016 - Agustín Hevia Ballina,

Una vez más me acerco a un Libro de Fábrica de una parroquia asturiana, para encontrarme con detalles de interés sobre las incidencias de su vida pastoral.

Hoy quiero conducirte, lector muy querido, a la Parroquia de San Pedro de Agüera, en el antiguo Arciprestazgo de Rengos y concejo de Cangas del Narcea. De ella habíamos leído en el Libro Becerro de la Catedral esta nota: “úsala presentar el abad de Corias. Es Capellán Diego Ferrandiz. No tiene mansos. Los diezmos pertenecen todos al capellán”

Sumergiéndome, como tantas veces, en su Libro de Fábrica, me encontré con muchas anotaciones de interés, de las que me complace extraerte algunas que más me llamaron la atención. En todos los casos era el mismo, el párroco que nos había dejado notas muy valiosas. Se trataba de Don José de la Cruz Ayalde, que había llegado la Parroquia el año de 1832, cuando, el 27 de enero, firma con los vecinos un convenio para el orden que habrá de seguirse en hacer la fiesta de San Pedro cada una de las casas de la feligresía.

Así fue como, buceando aquí y allá encuentro estas notas que me agrada participarte.

La primera hace alusión a la construcción de la Casa Rectoral, que así la relata el cura: “Maravilla: La Casa Rectoral antigua era una mala cabaña en la que solo podía abrigarse un miserable y desgraciado pastor. Reservado estaba al párroco Don José de la Cruz Ayalde hacer la presente maravilla, pues solo él y no otro podía conciliar los ánimos de doce feligreses de que se compone esta parroquia para hacer un esfuerzo como el que se necesitaba para el efecto de construir una casa como la presente. Se valió de todos los medios que su prudencia y sagacidad le sugirieron para unirlos y emprender una obra que no se sabe lo que costó.

Todos a porfía trabajaron y con el mayor gusto, pues solo hubo un maestro director, que lo fue Juan Morodo de Tremado y el párroco, por su parte, consolando, animando y sacrificándose cuanto no era dable en los tiempos más calamitosos para el clero, porque no tenía diezmos ni pagas; llegó a concluirse la obra, según se ve, habiéndose dado principio a ella el día 11 de marzo de 1847, año el más escaso que se ha visto en esta parroquia desde el año 32 en que se vino para ella este dicho párroco.

No hay duda de que los parroquianos se esforzaron, pero no llegaría a concluirse la obra, sino fuese por el grande empeño y grandes gastos que soportó el párroco, pues casi se puede decir que todo lo que se ve lo costeó él a sus expensas, así como el huerto que ocupa el sitio de la mitad de la antigua casa y, por consiguiente dicho párroco hizo para la parroquia de Agüera una casa y una huerta, que no tenía ninguna. Y, si Carlos III, con las rentas de una nación tan rica como España hizo la Provincia de Sierra Morena, hizo más el párroco de Agüera Don José de la Cruz Ayalde, con solos doce feligreses: hacer una casa como la actual Rectoral. Dios le de mucha vida y salud y a sus sucesores gracia y devoción para pedir a Dios por su alma, por tamaños sacrificios como los que hizo para dejarles en donde vivir, que solo Dios y él lo saben. Deo Gratias, José de la Cruz Ayalde”.

Subtitulo:

Vivencias de la Parroquia de San Pedro de Agüera en Cangas del Narcea

Sigue a continuación la concesión del Padre General de los Servitas, Fray Felipe María Villaperta, de Milán, concediendo la agregación a la Cofradía de los Siete Dolores de la Santísima Virgen, así como la Indulgencia Plenaria en la hora de la muerte, a quienes oraren por las intenciones del Romano Pontífice y demás requisitos de costumbre.

Para que no falte una noticia, entre las que nos vienen afectando en nuestra sensibilidad, el párroco nos recoge la siguiente apuntación, que nos resulta gratísimo comunicar: “Nota: el tejo que está a la parte de arriba de la mesa del Sacramento fue plantado la Vigilia de Natividad del año de 1845, siendo párroco de esta Don José de la Cruz Ayalde: lo trajo, a su instancia, el cabrero que había en la Vega del Tallo y le dio doce cuartos y de comer”.

Una vez más me es posible trasmitir una mención sobre el plantío de un tejo concreto. El tejo, que en la antigüedad pre-cristiana era tenido como árbol rodeado de connotaciones mágicas o religiosas, en época cristiana fue cristianizado en su orientación, adquiriendo virtualidades de testigo referido al edifico sacro, en cuyas inmediaciones se plantaba, así como aspectos de convivencia social y cívica, teniéndose asambleas y reuniones de la comunidad a su sombra. Siempre es mirado con un cierto respeto, puesto que, según trasmite Plinio “su baya o fruto, en Hispania, es considerado como venenoso”. En una narración de Floro, se expresa en relación al episodio del Monte Medulio, que “aquellos bárbaros, al ver llegado el fin de su resistencia, se dieron la muerte, con hierro y fuego, en medio de una comida, con un veneno que extraen del tejo”. Adolfo Schulten, en su obra “Los cántabros y Astures y sus guerras contra Roma, recoge el testimonio de San Isidoro de que “es creencia general que las bayas del tejo contienen veneno, pero no es así, sino que el veneno está en las pinochas que, cocidas, dan un veneno mortífero”.

De gran interés para vida de la parroquia de San Pedro de Agüera son los “Apeos del monte Teigedo”, del año 1769; el “Apeo de Loverio” y los “Apeos de Agüera, sacados del Archivo de Corias”, cuyo traslado se incluye en los folios finales del referido Libro de Fábrica y cuyas repercusiones, como instrumento jurídico, pueden experimentarse en la resolución de aclaraciones de límites entre los comunales de los pueblos afectados.

Como aportación al progreso de obras en la parroquia, menciono algunas noticias de interés: “en el año de 1792 se edificó la sacristía de esta Iglesia, siendo cura de ella Don Esteban López Riaño y a su instancia”. A esta noticia se unirá esta otra: “hízose el pórtico de esta Iglesia, el año de 1805”.

El año de 1794 “envió a esta Iglesia Manuel Menéndez, original de este lugar de Agüera y residente en Madrid, comprado a su costa, en calidad de limosna, lo siguiente: un cáliz, con su patena y cuchara, de plata interiormente dorados, un misal, una casulla de seda, blanco y encarnado y floreado, con estola, manípulo y bolsa de corporales, más otra bolsa de corporales, sin ellos, dos cíngulos, una alba con amito y una campanilla y para que sus sucesores lo encomienden a Dios, como es de razón y él, devoto, así lo suplica y lo pone en este Libro de Fábrica y lo firmo en 26 de marzo de 1794. Esteban López Riaño.

Son vivencias de una entre casi mil Parroquias asturianas, según su Libro de Fábrica. Solo hay que molestarse en explorarlo.

Cartas

Número de cartas: 45106

Número de cartas en Abril: 122

Tribunas

Número de tribunas: 2036

Número de tribunas en Abril: 5

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador