Corrupción

20 de Noviembre del 2009 - Inés Morán Álvarez (Oviedo)

La corrupción campea a sus anchas y lo que es peor, la corrupción producida por la degradación interior. De tal forma ha crecido y desarrollado que ha confundido las conciencias, creando un clima de cultivo de excentricidades, anomalías, disparates y sobre todo anormalidades. Curiosamente este ambiente se está considerando como algo normal, como si se tratara de un derecho que hubiera que defender y al que se ha unido una gran parte de la sociedad enarbolando una bandera.

Todo lo anormal cabe y se defiende, mientras los valores intrínsecos a la persona que hacían de ella una persona íntegra han ido difuminándose y desapareciendo por considerarlos trasnochados. Quienes se conservan fieles a sus principios humanos esenciales son criticados, sufriendo en sus carnes y en su corazón el desprecio, la confinación.

Hay que tener agallas y fortaleza para ir contra corriente, y mucha reciedumbre para no dejarse hundir, porque el resultar malparado y vituperado por intentar ser recto no deja de ser duro y doloroso. Sin embargo, merece la pena salirse de ese esquema de progresía que se han creado para albergar en él todo lo disparatado. Merece la pena ser hombre, un hombre de bien, que es lo que cuenta sobre todo al final de la vida, cuando se acerca el tener que dar cuenta de los propios actos.

Se ha ampliado hasta límites insospechados el grupo social que se reparte la tarta concediéndose situaciones económicas privilegiadas, estados sociales de abundancia y derroche, comportamientos altivos que se distancian cada vez más de los sentimientos y necesidades de la gente sencilla que configura el pueblo, al que se le asfixia mediante impuestos cada vez más crecientes para un bien no común, sino de unos pocos (aunque cada vez sea mayor su número).

Sí, la vida se ha hecho difícil e ingrata para algunos, mientras otros nadan en un mar de privilegios y prebendas que se reparten a su antojo y según sus intereses. El individualismo, el yo personal situado en buena situación económica y social ha hecho que desapareciera el tú, ese tú que ha dejado de tener valor y sentido para aquél que se ha elevado muchas veces sin méritos, sin valía personal, simplemente por cerrarse en banda con su grupo, aupado por los intereses del partido al que defienden a capa y espada porque de ello depende su permanencia en la abundancia.

Cartas

Número de cartas: 45108

Número de cartas en Abril: 124

Tribunas

Número de tribunas: 2036

Número de tribunas en Abril: 5

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador