No seas aldeano
Como sinónimo de paleto, de no saber estar, de ser medio tonto.
Cuántas veces lo hemos utilizado, cuántas veces nos hemos equivocado!
Porque no hay más que darse un paseo por la aldea y ver cuánta sapiencia hay en ella y en sus aldeanos.
Porque son personas tan inteligentes que aprovechan cualquier recurso que la naturaleza les brinda para sacarle todo su jugo.
Porque son naturales, listos, cautos, discretos.
Entras en un bar de cualquier aldea o pueblo a tomar un café después de una caminata y te encuentras con una lección de política, que ríete tú de todos los que andan presumiendo de ser politólogos.
Porque se ríen aunque les duela de lo poco que saben las administraciones de lo que verdaderamente se necesita en el campo.
Porque llevan siglos aprendiendo de sus mayores cómo hay que hacer las cosas y cómo el respeto es fundamental para cualquier cosa en la vida.
Y aunque hayan cambiado las cosas en cuanto a la percepción de la ciudad hacia el campo, siempre es con un aire snob de: lo rural sí, pero con un punto de modernidad, y entonces nos encontramos con la moda de lo eco y de lo bio, y todo es ecología y biodiversidad.
Y ellos, los verdaderos ecos y bios, nos miran con pena y nos encuentran muy, muy aldeanos porque nosotros sí que no sabemos nada de casi nada.
No saben de prisas ni de estrés, ni les interesa.
No quieren grandes cosas y ser multimillonarios.
No necesitan palmadas en la espalda ni reconocimientos públicos para saber que hacen lo correcto.
Desconfían del intruso cuando viene en plan chulito y cazan a la primera al que va de listo.
Vienen de la tierra, viven de la tierra y saben a ciencia cierta que volverán a la tierra.
Saben conservar, preservar, todo lo que heredan y dejárselo a sus generaciones venideras.
Tienen el don de definirlo todo con pocas frases y acertadas, les sobran muchas palabras que a los demás nos llenan la boca.
Su ironía y socarronería es su manera de entender el humor.
Conocen desde siempre que con las nieves llega la soledad, no les asusta.
La dureza de la vida en el campo no les hace menos sensibles ni más lastimeros.
La incomprensión de su mundo, el que otros se aprovechen de su sudor, entra dentro de lo que ellos ya conocen del ser humano.
No creo que les extrañe ningún comportamiento, vamos de modernos y de saberlo todo y no sabemos ni lo principal.
Ellos saben sobrevivir, nosotros malamente.
Cuánto tenemos que aprender del buen aldeano, del buen paisano.
Con su boina y sus madreñas como identidad pueden enseñarnos historias que podrían ganar un "Pulitzer".
Respiran otro aire y beben otra agua y eso se nota.
Coro Junquera Lantero
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