El déficit de plazas en los geriátricos públicos de Gijón
Leo en LA NUEVA ESPAÑA del domingo 14 de mayo que "Gijón tiene los geriátricos públicos llenos y con la misma lista de espera de hace diez años". Este tipo de noticias hacen a uno reflexionar y llegar a la triste conclusión de que los políticos más parece que están a sus asuntos e intereses personales que a solucionar los verdaderos problemas de la ciudadanía.
Supongo que sería cosa de hacer cuentas, pero creo que sin apenas coste alguno para las arcas públicas se podría solucionar este problema. Construyendo más residencias geriátricas públicas y fijando unos pagos por residente en las mismas, en función de su pensión, de tal manera que aquellos que disfrutan de una pensión alta cotizarían por su atención en función de sus ingresos y en beneficio de quienes por desgracia tienen pensiones tan bajas que no les permiten hacer frente al pago del coste de una residencia privada. Con ello la Administración del Principado (socialista, al menos de boquilla) estaría no sólo colaborando con tanto anciano necesitado de ayuda en su etapa vital final, sino también creando empleo, algo de lo que tan necesitados estamos en nuestra región. No me parece algo tan difícil de conseguir o poner en práctica; creo que es cosa de poner interés en estudiarlo y tratar de llevar adelante. Quienes hoy son jóvenes y están en la política deben pensar que esa etapa de la vida es pasajera y casi un soplo, pero que la vejez llega y nunca sabe uno en qué condiciones te va a pillar.
Señores políticos, por favor, piensen en tantas personas mayores que necesitan ser atendidas con respeto y dignidad; si no encuentran ejemplo próximo en el que fijarse, no se preocupen, quizá más pronto que tarde les caiga encima lo que hoy se niegan a ver y que otros muchos ya están padeciendo. Quienes ya tenemos bastante más pasado que futuro sabemos por experiencia propia que la vida es una etapa a recorrer que tiene tramos de todo tipo, y por desgracia suelen ser más los pedregosos y de difícil recorrido que los llanos y fáciles de andar. Quien hoy está en el tramo fácil no puede saber si en el futuro no llegará al tramo tortuoso. Seamos solidarios y pensemos en aquellos compañeros de viaje vital que ya ni saben ni pueden seguir adelante y démosles nuestra mano y nuestro apoyo; con ello, además de ayudarles a ellos, estaremos ayudando a quienes siendo jóvenes necesitan un empleo como medio de vida.
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