La misma fragancia, pero con diferente olor
Cuando un político es designado para un cargo de responsabilidad, todos interpretan que para desempeñar su función es imprescindible rodearse del personal adecuado y en quien pueda confiar. Nadie le acusará de un delito de corrupción por tráfico de influencias por no usar el sistema concurso-oposición.
Por la misma, cuando un cargo tiene que contratar empresa o profesional para casos muy concretos, donde se necesita especial responsabilidad y confianza; sobre todo cuando es para defender el dinero de todos, cuando se tienen serias sospechas o dudas de que el anterior Gestor (en este caso el PP del ayuntamiento de Madrid) no empleó adecuadamente el dinero de todos los madrileños; debe poder contratar (con trasparencia total) a quien crea no le hará un descosido por ser afín a quienes debe investigar.
Los concejales del ayuntamiento de Madrid (cómo no, son de Podemos) Carlos Sánchez y Celia Mayer, por investigar una posible corrupción del PP -un juez se ve obligado a admitir a trámite una querella del PP contra esos ediles por osar investigarles. Lo curioso es que pocos son los medios de comunicación que defienden que nada tiene que ver esta imputación con las que acumula el PP en corruptela generalizada, donde un juez después de estudiar cada caso, ve indicios suficientes para llevarlos a declarar como imputados. No todas las imputaciones son igual de condenables o asumibles en códigos éticos. El PP, cómo está hasta el cuello de mierda, quiere manchar a todos con su misma fragancia ¡pues no! Estos jóvenes están limpios, incluso aunque hubieran cometido un error en la contratación, no es lo mismos que hacerlo a cambio mordidas, para llenar las cajas B. o llevárselo para Suiza o Panamá.
Creo que de nuevo los profesionales de la información no deben caer en amistades peligrosas, que solo les hará ir perdiendo prestigio y consideración.
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