¿Adónde nos llevan?
En España sufrimos una lacra no solamente con la violencia de género, también con la de los violadores, asesinos de todo tipo, ladrones de guante blanco, negro o sin guante, contrabandistas de drogas, atracadores, políticos corruptos. Pero lo más dramático es que tiene toda la pinta de seguir así o incluso empeorar.
Está demostrado que lo que quita de la circulación a este tipo individuos no es la Policía, que también, es el peso de la ley. La sociedad tiene derecho a defenderse. Pero aquí y ahora es evidente que las leyes son poco persuasivas para garantizar la permanencia de estos bandidos en la sociedad.
¡A ver si por querer garantizar tanto los derechos humanos de toda esta lacra de malvados (que a ellos no les importan, para nada, los derechos de sus víctimas) nos estamos olvidando de los derechos humanos de los que más lo necesitan y más lo merecen, que son los de la gente honrada!
Esta situación tiene unos responsables muy claros, y son los políticos; ellos elaboraron las leyes de seguridad ciudadana, de emigración, planes educativos adoctrinadores, que resultaron ser nefastos. En España se batió el récord de tener el fracaso escolar más alto de Europa, pero además a través de una cultura progre se fueron eliminando los valores universales individuales y colectivos de la sociedad y sustituyéndolos por los de vale todo. Muchos de los problemas graves entre las personas de esta sociedad son culturales, sobre todo entre la mujer y el hombre. Recordemos la máxima: educa para no tener que juzgar.
No hay oficio (por llamarlo de alguna manera) más irresponsable que el de político, es un oficio sin responsabilidades ante sus ciudadanos. El político cuando deja la política de primera línea debiera dejar una sociedad mejor que la que encontró, y eso no se da, sino todo lo contrario. Pero no pasa nada, sigue en la política de la segunda línea o se marcha para su casa con un buen premio.
Pero lo que mejor saben hacer los políticos es enfrentarnos con sus ideologías rancias y caducas, todos contra todos. ¡Nos envenenan! Nos dicen que tenemos todos los derechos, pero en realidad son derechos inútiles, que para lo único que sirven es para no aguantar a nadie, ni al amigo, ni al padre, ni a la madre, ni al hijo/a, ni a la esposa, ni al marido, ni al novio, ni a la novia, ni al vecino.
Esta vida moderna que nos implantaron, fabricada a golpe de propaganda, es cada vez más moderna, pero menos vida, es una vida llena de banalidades de engullir y vomitar. Lo que por la mañana es el no va más, por la tarde ya no vale, esta forma de vivir de quita y pon nos lleva hacia la infelicidad y a la soledad física y psíquica.
Hay personas que ya prefieren compartir su vida con un perro antes que con un humano.
Los responsables están ahí, los políticos y sus políticas.
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