El buen rollito de la seleccion española de fútbol
Todo comienza cuando, no sé por qué razón, nombran a un ex futbolista (al cual no se le conoce otro mérito que el de hacer faltas en medio del campo) director técnico (DT) de la Federación Española de Fútbol. En ese momento había un entrenador de la absoluta que tenía el reto de hacer comprender a los futbolistas lo importante que era un equipo con ambición y para ello había tenido que aguantar carros y carretas, por dejar fuera a alguno de los que ya no valían para su objetivo: tener un equipo ganador. En ese instante y con Luis Aragonés vivito y coleando, el DT y el señor Del Bosque comenzaron una campaña en los medios de comunicación para poner un nuevo entrenador en la selección teniendo todavía de cuerpo presente a otro. No obstante, Luis siguió poniendo orden en su equipo (recuerden el repaso que le pegó a Sergio Ramos para recordarle que era defensa y que se dejase de hacer el gilipollas corriendo la banda). Como a rey muerto rey puesto, comenzamos a ver que el puesto no toma decisiones impopulares (más bien se parece a otro que conocemos muy bien), Casillas no está en forma, a los jugadores del Real Madrid se les deja campar a sus anchas por el campo –véase Xavi Alonso, metiendo goles, Arbeloa jugando de la mitad hacia delante, a Sergio Ramos tipo Alves– y todo esto haciéndolo coincidir con el estilo de juego que les llevó la pasada temporada a no ganar nada. Me da la impresión de que no hay tensión en nuestra selección, y que son más estrellas los jugadores que el que tiene que decirles lo que tienen que hacer, y esto no nos va a llevar ni a cuartos. Tengan en cuenta que para ganar la ultima Eurocopa no bastaron sólo el orden, la exigencia, el esfuerzo y la piña; también nos hizo falta la suerte con los penaltis y, sobre todo, jugar tan bien que nadie vino lesionado (excepto Villa, que se lesionó él solo), ya que los contrarios no llegaban ni a 5 metros de nuestros jugadores. Desde mi punto de vista, con el talante y el buen rollito no vamos a llegar lejos; y si no, el tiempo nos lo dirá.
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