Marcelino Vazquez miente de nuevo
Señor Marcelino Vázquez Alvarez, jefe de prensa de la Delegación de Gobierno en Asturias, en su interés por emitir calumnias y difamar sobre la afición del Oviedo ha llegado usted demasiado lejos. En la carta que usted escribió en este medio de comunicación representando supuestamente a un órgano de gobierno, sólo le faltó declararse sportinguista y enfundarse una camiseta con el lema "Yo asistí al último derby de la historia". En su afán por defender lo indefendible, redacta usted un escrito donde apenas dedica tres párrafos a la planificación de las medidas de seguridad del partido Real Oviedo-Pontevedra y la afición visitante, para dedicar el 80% del escrito a ensuciar el comportamiento de la ejemplar afición azul, utilizando para ello numerosas mentiras que a continuación pasaré a desmontar. En primer lugar la carta habla de que ni la Delegación del Gobierno en Asturias ni el Cuerpo Nacional de Policía tuvieron ninguna responsabilidad, ni tomaron decisión alguna respecto a la elección de las localidades para alojarse o comer por parte de los seguidores del Pontevedra, afirmación que quedaría muy bien si el jueves previo al partido la asociación de peñas del club gallego no hubiera emitido un comunicado a través de su página web asegurando que se trataba de una medida cocinada desde el órgano que usted representa, para evitar posibles enfrentamientos entre aficiones. Segunda mentira, los autobuses no estaban en los aledaños de la facultad de Química como usted afirma, aunque más que por la ubicación deberían preguntarse cómo es posible que los autobuses estuvieran custodiados por una patrulla de la Policía Local y un vigilante de seguridad de la Universidad de Oviedo, al amparo de los vándalos, mientras su unidad de intervención se dedicaba a repartir mamporros a diestro y siniestro por el parque del Oeste. Resulta curioso que hable del estado de excitación de los aficionados que se encontraban en la rampa del acceso al aparcamiento del Carlos Tartiere, ya que como demuestran las numerosas imágenes que circulan por internet, se trataba de una protesta pácifica que en ningún momento hubiera pasado a mayores, y que para más inri, en el momento que había comenzado a decaer el ímpetu de los manifestantes fue aprovechado por la Unidad de Intervención para demostrar sus dotes con las pelotas de goma, porras y demás artilugios que convirtieron una situación de calma en una guerra civil, con escenas dignas de Afganistán. Lo más curioso es su percepción de las horas, como demuestra el hecho de que usted afirme que a las 22:50 de la noche ante la inminencia de la salida de los jugadores, los ánimos se fueron exaltando y un grupo pequeño bajó a la rampa e intentó derribar las puertas. Por ello, varias dotaciones policiales, a pie, comenzaron a desalojar a todos los que estaban por los alrededores indicándoles que se alejaran del lugar, porque tal vez iba a ser preciso el uso de la fuerza. Me hace gracia esto último, sobre todo porque el uso de la fuerza había comenzado a eso de las 21:50 y no precisamente de forma proporcionada como afirma en su carta, como demuestran los videos que usted mismo puede ver en la web Youtube, donde se aprecia perfectamente que aún es de día. Sin más me despido no pidiéndole una rectificación porque no le considero capaz, sólo recomendándole que cuando quiera defender la actuación del órgano gubernamental que usted representa, acuda a una emisora de radio o televisión en lugar de esconderse tras una carta al director de un periódico.
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