Los guerrilleros y la transición
Pues sí don Mario: reciba un saludo muy cordial de quien suscribe estas modestas líneas. Dicho esto, le comentaré por qué no hubo ni homenajes ni recuerdos para el guerrillero Adolfo Quintana y Ángel Díaz (El Canario) ni para ninguno de los componentes de la guerrilla antifranquista porque la transición en España la hicieron de acuerdo a las órdenes del ejército franquista y del franquismo para más señas. ¿Qué hubiera ocurrido de no ser así?, posiblemente hubiera habido un golpe de estado militar de imprevisibles consecuencias, ya que el ejército franquista tomó el poder por las armas y no lo iba a «soltar» por unas simples elecciones.
En España, la continuidad del franquismo estaba asegurada en la persona del Rey don Juan Carlos, heredero político de Francisco Franco, ya que el general de tonto no tenía un pelo y su atado y bien atado lo demostró sin ningún género de duda. Como usted comprenderá, señor Gutiérrez Rubio, después de sesenta años los homenajes ya no cuadran las cosas porque, en primer lugar, las familias directas de aquellos guerrilleros/as (que también hubo mujeres en la guerrilla) es muy posible que ya hayan muerto todos por el tiempo transcurrido y, en segundo lugar, para la gente joven española aquello ya es historia y los mayores que nacimos por aquellos años ya casi no recordamos nuestro segundo apellido.
Lo que en España se puede entender por transición, no ha sido nada más que el «puente» tendido desde la dictadura de Francisco Franco, pasando por el Gobierno de Adolfo Suárez hasta la llegada del Partido Socialista de Felipe González al Gobierno que, más o menos, ha sido otro tanto de lo mismo; es decir, gobierne quien gobierne, siempre lo harán de acuerdo con la España capitalista y lo que diga el señor Franco desde su tumba... También más o menos.
Como usted bien dice en su carta publicada en LA NUEVA ESPAÑA del viernes 11 de febrero de 2011, se cumplen sesenta años de la muerte de Adolfo Quintana y Ángel Díaz (El Canario) y yo le digo: después de estos dos guerrilleros fueron muchos más los que murieron. Las fuerzas franquistas no querían prisioneros. Nunca olvidaré el caso de tres guerrilleros cercados por decenas de guardias civiles de aquella época: el que era jefe de zona, Manuel «el Rubio», cuando comprendió que era imposible romper el cerco que les había tendido la Guardia Civil, se suicidó con un tiro en la boca. Los otros dos abrieron la puerta de la casa, tiraron las armas a la calle y salieron con las manos levantadas por encima de sus cabezas, fueron acribillados a tiros. Uno (Pepín) de 19 años y el otro pocos más tenía. Esto ocurrió en el pueblo llamado Xuancabrito, al lado del barrio de la Peña, en Mieres del Camino.
Para concluir este escrito quiero decir claro y alto que, por suerte, lo que sí ha cambiado ha sido la Guardia Civil, ya que podemos decir, sin lugar a dudas, que estas fuerzas armadas están para la atención y defensa del pueblo español, algo que ya han demostrado muchas veces exponiendo su vida si es necesario por salvar las de otras personas.
Sabino Álvarez Pazos
Mieres del Camino
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