Indra un nuevo Leviatán
Indra al contrario de Leviatán el monstruo bíblico donde impera las pasiones que obnubilan toda razón, debería ser un conjunto institucional necesario que nos permita convivir y conllevarnos y, aún más, prosperar e ir a nuestro asuntos privados o públicos bajo el imperio del respeto, con sabiduría, es decir, con la necesaria prudencia.
Por desgracia en ella hay personas que desean cosas, que reivindican lo que quieren, que lo imponen, otras que lo aceptan o que se ven forzados, nada más, haciendo valer la frase de Plauto homo homini lupus. Cuando no debemos de olvidar que todos somos poca cosa, o, por lo menos no somos menos que los que nos mandan, y lo importante son las personas, debiendo de entenderla como ser humano, participe a pleno derecho de una comunidad empresarial, siendo de esta manera el más seguro pilar de la empresa.
Hace más de 2500 años Pericles en su discurso de La oración fúnebre, llegado a través de Tucídides, fundamenta su discurso en el apego a las normas y leyes establecidas, siempre respetando la libertad, tanto en público como en el diario vivir, haciendo de Atenas grande por sus gentes, por el respeto entre individuos, por el orgullo que cada uno de sus ciudadanos sentían, no por ser atenienses, sino por lo que ello significaba, ser individuos completos y activos, lo que potenciaba su identificación con los proyectos colectivos y el uso de la razón como forma de discutir y enfrentarse a los problemas, todo ello produjo en Atenas uno de los avances más espectaculares en la historia de la humanidad,
La causalidad para que esto ocurra, podría ser imitando de alguna manera a Ken Grenda, ver http://noticias.lainformacion.com/economia-negocios 2/02/12 9:35, repartiendo parte de los beneficios anuales entre sus asalariados, como antaño la Paga de Beneficios que algunos hemos llegado a disfrutar en otras empresas al margen de la subida anual, pero Indra, potencia los beneficios de una forma individualizada y discriminatoria, no para hacer a los hombres moralmente mejores, sino para establecer las condiciones que les permitan seguir persiguiendo los mismos objetivos egoístas y competitivos, donde impere la ignorancia de estos depredadores en el respeto de las personas como seres humanos, pues solo les mueve la avaricia y el lucro, logrando lo contrario al discurso de Pericles en detrimento de Indra como empresa.
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