Un gran paso para los tejos históricos
El inicio de trámites para la declaración de doce Sitios Históricos para los tejos es una gran noticia para quienes nos sentimos identificados con estos árboles y lo que significan en nuestra cultura y paisaje. Es todo un hito, a nivel nacional, que esta modalidad de protección que se enmarca en la figura jurídica de los Bienes de Interés Cultural (BIC) sirva para amparar el árbol central y todo el entorno, en el que coexisten iglesias y otros edificios históricos, restos arqueológicos y un patrimonio inmaterial de gran relevancia (concejos de vecinos, fiestas, juicios y todo tipo de encuentros alrededor de los árboles). Quedará así amparado al máximo nivel todo el conjunto indivisible que constituía el centro mismo de nuestra tradición y cultura. Pero para llegar aquí ha hecho falta un largo camino.
Ya en 1990 la Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza, ANA, editó un calendario de Monumentos asturianos vivos, con un lema inolvidable: «Sieglos y sieglos ente nos y entovía ensin proteición». A partir de ahí han sido innumerables las personas y grupos involucrados en la defensa de este patrimonio. Es importante mentar algunos hitos como la agresión salvaje a los tejos de Abamia y la contestación por parte de los vecinos, de la Asociación Abamia y de la sociedad asturiana en su conjunto. La creación de la AATT, Asociación de Amigos del Tejo y las Tejedas y del Conceyu del Texu, que aglutina a 33 asociaciones de la cultura, el arte y la ecología; las acciones de la tertulia cultural «El Garrapiellu» y el Foro Arte Ciudá; la creación a nivel nacional del Observatorio de Árboles Monumentales, que comenzó su andadura precisamente en la defensa de este patrimonio herido. Recientemente Ana López Cienfuegos ha completado el censo de tejos históricos más exhaustivo del que tenemos noticia y, por su parte, los agentes del Seprona han respondido con eficacia a las denuncias por agresiones a estos árboles. Haremos en otro lugar una relación más justa y exhaustiva de la infinidad de aportaciones para la defensa de todo este legado.
Ciertamente, no vamos a ser tan ingenuos como para pensar que aquí terminaron los problemas de conservación de estos tejos centenarios. Pero se ha dado un primer paso esperanzador. El reconocimiento del valor de aquellos árboles concejiles que sobrevivieron hasta nuestros días por siglos y generaciones de cuidado y respeto y la consecuente protección al máximo nivel que permite la ley, de acuerdo con la trascendencia de este patrimonio. Es hora de felicitar al consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, y al director general de Patrimonio, Joaco López, por su decidida apuesta en lo que respecta a esta declaración y el patrocinio de las Jornadas sobre Tejos Históricos, que se han celebrado en el Jardín Botánico de Gijón. También a los funcionarios de aquella Consejería que han trabajado con gran diligencia en este tema. A partir de aquí, debe ser la sociedad la que continúe liderando, como hasta hoy, el proceso de amparo y defensa de un legado que le pertenece por derecho propio, ya que emana de esa cultura popular que sostuvo la tradición. La petición a las administraciones locales de la adopción de ordenanzas de protección del patrimonio arbóreo, la exigencia al Gobierno de Asturias de la puesta en marcha del Plan de Manejo y otras medidas (incluyendo la defensa y gestión del Sueve y otros espacios en total abandono), la denuncia de las agresiones vengan de donde vengan, la divulgación de los valores de estos árboles históricos y la declaración paulatina de nuevos Sitios son algunos pasos necesarios para continuar en la buena dirección. Quizá consigamos así detener la pérdida constante de este patrimonio secular y podamos empezar a sentar las bases para una protección decidida que nos permita preservarlo no sólo como una herencia del pasado, sino como un legado imprescindible para el futuro.
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