¿República, señor Couso?
El domingo día 8, D. Javier Couso, calentando motores con vistas del aniversario de la República, aboga sobre la conveniencia de un referéndum a la ciudadanía para que «decida» si prefiere ésta o la vigente monarquía.
No pertenezco a partido alguno, ni institución. Lo que quiero expresar creo que puede ser el pensamiento del típico ciudadano «raso», de base, cual me considero.
En la actualidad, a un futuro rey, desde la cuna, lo educan para ello, para ser imparcial en la política partidista, para ser justo y representativo... Sabemos la teoría. Sabemos también que el «cargo» vitalicio del Rey supone, inevitablemente, una asignación económica para el sostenimiento de la Casa Real. Por último, por viejo, feo, carisma, etcétera, no va a caerle bien a todo el mundo.
Vayamos ahora con un «presunto» presidente de hipotética República. Para empezar, el elegido tampoco va a «caerle bien» a toda la ciudadanía, si tenemos en cuenta que en elecciones presidenciales (partido político al frente) «derrotó» a otros candidatos respaldados por sus correspondientes fuerzas políticas. Mantener un palacio presidencial tiene un coste similar al de la Casa Real; pero, además, cada cuatro años, con el consiguiente gasto, se deberían celebrar elecciones a fin de que otros ansiosos de poder tengan su oportunidad. A presidente saliente y satélites, pensión vitalicia, amén de la retahíla de enchufados y chiringuitos que Pepito Pérez presuntamente sembró durante su mandato.
Estoy totalmente de acuerdo con la caída de las antaño monarquías absolutas de poder ilimitado y caprichoso. En tiempos actuales, tanto un rey como un presidente tienen un poder meramente representativo. Dejémoslo así. Cambiar ahora el régimen creo que daría el mismo resultado que quitar a Preciado para poner a Clemente...
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