Aprender de nuestros errores
De un tiempo a esta parte tengo prohibido a la gente que me hable de la crisis... Cuando enciendo la televisión o la radio me hablan de crisis; si decido leer prensa, crisis; políticos, crisis; bajo a la calle y sólo oigo hablar de crisis, así que yo la evito. Es decir no leo el periódico, no enciendo la televisión y cuando cualquier grupo social empieza una conversación sobre la crisis, o bien me evado o bien sencillamente me voy.
En su lugar ocupo mi tiempo libre en patinar, hacer deporte, nadar, leer libros, estudiar inglés, y si soy sincera he encontrado un montón de alternativas útiles para esquivar la crisis...
Muchos de vosotros ahora estaréis pensando que soy una inculta, y que evitar un problema no hace que desaparezca; bien, por esto voy a tratar de explicar mi anómalo comportamiento.
En mi opinión, con un poco de suerte, la crisis de valores más grave ya la hemos pasado, y ahora justo ahora es un buen momento para cambiar esta crisis de la que hablo y tratar de aprender de lo que nos está pasando.
Me explico, la crisis de valores es vivir por encima de nuestras posibilidades, es enseñar a nuestros hijos que lo que tienes es mas importante que lo que vales, es aprender a escaquearse en vez de a sentirse realizado con lo que haces, es haberte comprado un iPhone y al día siguiente querer comprarte un iPad ...
Y mi propuesta es pararse y reflexionar, basta con hacerlo 5 minutos, para darse cuenta de que tenemos todo lo que necesitamos, todas la herramientas para de aquí poder sacar algo positivo, aprender de nuestro error y lo que es mejor, aún estamos a tiempo de cambiarlo y mejorar como pueblo. Empecemos por nosotros ya que con ellos, los políticos, no podemos contar.
Yo tengo 27 años y muy poca experiencia en la vida, pero mi sentido común me dice que al igual que lo han hecho nuestros padres y nuestros abuelos, nosotros también podemos vivir con menos; que para mí no significa menos, sino más, y cuando digo esto me refiero a no darle tanto valor al dinero y a lo material y entender de una vez que las cosas más importantes nos pasan desapercibidas en época de crisis, y como dice un amigo mío cuando mira al mar: «teniendo esto nada puede salir mal».
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo