Vergüenza nacional
Ya se está preparando la huelga general, política, emprendida por los cómplices, de los que nos gobernaron durante los últimos ocho años. Claro que la subvención era muy sustanciosa.
Ahora claro, no se conforman por aquello de los recortes, creo que un 20 por ciento, cuando en realidad debía de ser del 100 por ciento. No se resignan a perder las prebendas de que gozan, con los impuestos de todos. Oigan, mantengan sus organizaciones con las cuotas de sus afiliados ¿por qué tengo yo que pagar a esta gente con mis impuestos? Si no les interesa esta forma de «defender» a sus trabajadores, lo dejan y que alguien los sustituya en esta labor, casi diría yo, fuera de horas laborables, casi como una ONG. Algo así como antaño.
Sale el de la barba y el otro, el de la cara triste y se hinchan de decir «memeces», como es... justa y necesaria, o no es un fin... sino un medio ¿de qué? Medio tontos nos estamos quedando la mayoría de los españoles, que secundan la huelga por temor a... los piquetes» informativos»
Señores sindicalistas, esta reforma ya la había hecho Zapatero , y hasta mas dura, pues los pequeños empresarios, se arruinaban y no tenían dinero para indemnizaciones. Mientras, los sindicatos, se hinchaban, los trabajadores, los de verdad y los que estaban en el paro... se arruinaban.
El sentir de la gente, de los comerciantes y de la mayoría, es no secundar la huelga, pero esta especie de frente popular, que no populista, se las arreglará para meternos en cintura y tratar de emular una dictadura del proletariado, que a los únicos que beneficiará será a unos pocos, como todas las dictaduras de izquierdas.
El de la barba, y el otro, no se si alguna vez trabajaron , pero por su edad y por los años que llevan en este rollo», no se, no se.
Se va uno a la panadería, oigan mañana no abro, así que cojan pan para mañana; ante algún conato de protesta, dice, no tengo ganas de líos, por mí abriría. ¡Viva la libertad!, diría yo, si la libertad no fuera un peligro.
Y así bares, tiendas, hasta el mercado del Fontán cerrará por miedo a los famosos piquetes «informativos».
Me parece que lo mejor sería arrimar el hombro todos, pero todos, los del sí a la huelga y los del no, que son mayoría , para tratar de sacar a España de este estado de calamidad nacional, donde nos sumergieron, entre otros los de la llamada huelga general, que no es otra cosa que una huelga política, por la mayoría absoluta conseguida por Rajoy, al que aun no le dio tiempo a centrarse realmente, en la falta de claridad que dejaron sus antecesores del PSOE.
Y esperen... que todavía quedan muchos «recortes que hacer», sino al tiempo.
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