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Repsol y nuestra política exterior

14 de Abril del 2012 - J. Jesús J. Suárez González (Gijón)

La desastrosa gestión de los Gobiernos que ha tenido España en los últimos años no debe circunscribirse solo al ámbito económico, otras muchas cosas se han hecho mal, sobresaliendo la pésima estrategia de nuestra política exterior, particularmente la relacionada con Iberoamérica.

Tras el fracaso de la última Cumbre Iberoamericana que se celebró en Asunción (Paraguay), donde de 22 países invitados solo asistieron 11, ya advertimos que España estaba transitando por un camino equivocado. ¿Quién no recuerda a nuestro Rey, por ejemplo, mandando callar al presidente venezolano, Hugo Chávez, en la Cumbre que se celebró en Chile?. Errores de ese tipo siempre acaban trayendo consecuencias.

Iberoamérica ha cambiado y las repúblicas hermanas de aquel continente se han emancipado. Allí ya no gobierna el imperialismo ni el Fondo Monetario Internacional y las actitudes colonialistas están muy mal vistas.

Han aparecido nuevas organizaciones supranacionales, como el ALBA, que han dejado en el olvido años de conflictos cainitas, y los intercambios, comerciales, culturales, políticos, etc, han crecido exponencialmente dibujando un nuevo escenario del que, parece ser, no nos hemos enterado.

La dictadura del general Franco fue un régimen detestable, pero también tuvo aciertos, entre ellos siempre estuvo dar prioridad en las relaciones exteriores de España a Iberoamérica, hasta el punto de que incluso con Cuba, políticamente en las antípodas, se mantuvieron sin problemas.

Hoy, sin embargo, España mantiene fricciones con países muy importantes, como la misma Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, etc, lo que está pasando ahora con Argentina en otro episodio más de este rosario de encontronazos que no se han sabido evitar con políticas de verdadero acercamiento y colaboración.

Es muy doloroso y hasta indignante escuchar algunas cosas que se están diciendo sobre Argentina, país que acogió en el pasado a miles de españoles que huían del hambre y que nos enviaba carne y trigo en los peores años de nuestra posguerra civil. Incluso el Gobierno del Sr. Rajoy, con una contundencia que ya quisiéramos ver para eso que han dado en llamar mercados, se permite amenazar al país hermano con represalias de la unión europea y cosas por el estilo.

No vamos a entrar aquí en las causas del conflicto del Gobierno argentino con la empresa Repsol-YPF, ese, aunque paralelo, es otro debate, solo advertir que el déficit de nuestras relaciones con Iberoamérica tiene mucho que ver en todo esto.

Ni en sueños veremos al Sr. Rajoy haciendo una gira por Cuba (incluso el Papa ha estado hace poco allí de visita), Venezuela y Argentina, hasta ese punto hemos perdido el Norte.

La próxima Cumbre Iberoamericana se va a celebrar en Cádiz, España, los días 16 y 17 de noviembre de 2.012 y su lema central será una relación renovada en el bicentenario de la Constitución de 1.812. ¿Cuantos países asistirán? ¿será la última?.

Al contrario que los británicos, España no ha sabido aprovechar las sinergias potenciales de nuestra colaboración con las repúblicas iberoamericanas. ¿Se imagina usted, por ejemplo, a una comunidad de 500 millones de personas reclamando, junto con India, un asiento permanente en el Consejo de seguridad de la ONU?.

Dicen que una vez un periodista preguntó a Mao Zedong qué opinaba de España, y que el líder chino contestó: es un pequeño país no demasiado importante, pero con Iberoamérica es una potencia. Pero nosotros seguimos en la inopia.

Nuestro Gobierno lo que tiene que hacer es recuperar la política diplomática y las relaciones fraternales con todas, repetimos, todas, las repúblicas iberoamericanas, esa es la base y la clave del asunto.

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