La libertad de expresión en Asturias
Hace aproximadamente un mes decidí manifestar públicamente mi apoyo a la Unidad de Trasplante Hematopoyético del HUCA mediante la publicación de una carta en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA titulada «El futuro del trasplante de médula ósea en Asturias». En ella expresaba mi defensa de un proyecto de la sanidad pública asturiana que ha demostrado gozar de prestigio y calidad y que proporciona un nivel de cuidado excelente a pacientes que lo necesitan. En esta misma carta expresaba también mi admiración profesional hacia los responsables de este proyecto, la doctora Rayón y el doctor Vallejo, y mi desconcierto ante las presiones que la mayoría de los hematólogos clínicos del HUCA parecía estar teniendo que soportar en los últimos meses. Escribo ahora esta carta porque puedo verificar que, efectivamente, existen presión y deseo de obstaculizar el proyecto.
El pasado mes de febrero, mi Hospital (el Ramón y Cajal, en Madrid) solicitó una segunda estancia formativa para mí en la Unidad de Trasplante Hematopoyético del HUCA durante el mes de abril. Esta solicitud fue aprobada por la jefatura del Servicio de Hematología y la Comisión de Docencia del HUCA (con fecha 29 de febrero). El pasado 2 de abril, dos semanas después de la publicación de mi carta, un fax repentino me comunica que mi estancia ha sido revocada por el Dr. Menéndez-Tévar (actual jefe de servicio de Hematología del HUCA), sin ninguna justificación aparente. En mi Hospital nos hemos quedado desconcertados ante tan repentino cambio, amén del profundo trastorno a nivel profesional, personal y económico que me acarrea (acuerdos sobre mi vivienda en Madrid, anulación de un viaje, etcétera).
Parece ser que al Dr. Menéndez-Tévar no le ha gustado mi carta anterior (curioso, porque en esa carta no aparecía su nombre).
Denuncio aquí que se me ha negado una estancia formativa ya aprobada, reglada y legal. Hasta la fecha, el sistema de rotaciones externas de los mires siempre ha funcionado con transparencia y con el único interés de promover el intercambio formativo entre distintos centros. Desgraciadamente, la actuación del Dr. Menéndez-Tévar empaña estos principios y se acerca peligrosamente a ese otro principio del «ordeno y mando».
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