Legislan o viven en otro mundo
Los miembros del Gobierno, en la toma de posesión de sus cargos, juran o prometen cumplir y hacer cumplir la Constitución. Puro ritual; al final nadie hace ni puñetero caso a la Carta Magna, es papel mojado, solamente la utilizan con fines partidistas para arrojarla a la cara de los adversarios.
En general y salvo excepciones, la clase política en lugar de volcarse con las labores propias del cargo para el que son elegidos hacen de la función política su profesión, su forma de ganarse la vida. No sólo no velan por las prioridades de los ciudadanos, sino que no se sabe qué intereses espurios defienden.
Legislan sin que prevalezcan los problemas que acucian a la mayoría de los habitantes de este país, sobre todo los menos pudientes, los desprotegidos, los desfavorecidos.
En estos momentos a mí me importa un rábano que el Rey mate un elefante, un coyote o un gamusino, a mí lo que me supera, con lo que no puedo, es con el despilfarro, con la falta de sensibilidad, la inmoralidad. Que el Rey quiere tener sus amigos y que éstos le paguen los viajes para cazar, que le apetezca viajar, cometer adulterio o apoyar a familiares corruptos, es su derecho siempre y cuando abandone sus privilegios, es decir, renuncie, abdique.
Una gran parte de los españoles no entiende que en tiempos en los que el comer cada día se presenta como un reto para un gran número de familias, en los que no sólo no se preguntan cómo llegar a final de mes, sino que la incertidumbre es cómo alimentar a la prole mañana, repito, no entiende que se siga hablando de Europa, de los bancos, de los capitales, del déficit, de la deuda, de recortes, copagos o no se sabe qué falacias.
No, es imposible pensar en otra necesidad que no sea la de cobijarse, calentarse, alimentarse. Amortiguar el sufrimiento de los hijos, intentar evitar que se den cuenta de esta implacable miseria. Tratar de suplir tantas y tantas carencias.
Pero nuestros políticos no tienen ni la más remota idea del padecimiento de los vulnerables, no saben de su sufrimiento. Hay que preservar la Seguridad Social, el sistema financiero y la imagen del país en el exterior. Viven una realidad ficticia, guardan el continente y se olvidan del contenido.
No se sabe por qué, pero la mayoría de los ciudadanos sospecha que en el fondo no es que se equivoquen en las medidas que adoptan, sino que está todo meditado, calculado, preservar intereses bastardos de poderes en el anonimato es su meta, su objetivo final. Una pluralidad estamos hartos de la prepotencia, arrogancia y soberbia de la clase política.
Hoy que he tenido que ver llorar a una madre que no sabe cómo va a dar de comer a su familia, que no es que se cuestione cómo adquirir vestido o calzado, sino que su mayor preocupación es cómo adquirir un litro de leche para la cena de su retoño, hoy que me he tragado mis lágrimas, hoy que además de satisfacer la necesidad material he tenido que fingir y mentir para arrancar una sonrisa de la cara martirizada de esa madre torturada por la necesidad, hoy que he visto en ese rostro la ansiedad, hoy, señor Rajoy, como Presidente del Gobierno, yo te maldigo.
Ahora que tengo el corazón encogido por el dolor de esa madre, ejemplo de los muchos casos que padecen necesidades apremiantes, a pesar de mi creencia religiosa, a pesar de mi Fe, no puedo manifestar por vosotros, políticos, la más mínima caridad; hoy os desprecio.
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