Reforma del sistema público de pensiones
No hay nada más contrario a la verdad y a la lógica de las cosas, que los discursos demagógicos e interesados de ciertos políticos. Resulta que el señor Fernández Ordóñez, desde su puesto de gobernador del Banco de España, que algo se supone sabrá, nos alerta de la necesidad de ir haciendo con tiempo ciertos retoques en el sistema público de pensiones, para evitar en un futuro más o menos próximo, el que acumule déficit y lo ponga en peligro de quiebra y, ¡zas! Les faltó tiempo a políticos y ciertos sindicalistas para tirarsele a la yugular, tildándolo de alarmista y cosas más fuertes.
Se da la circunstancia de que eso que él aconseja, lo hace también el famoso Pacto de Toledo. Pero no solo eso, los políticos lo piden cada dos por tres; estaba anunciado que en octubre del pasado año la mesa o comisión de dicho Pacto en el Congreso comenzaría a discutir sobre la necesidad de una nueva reforma. Sospecho que como había elecciones por delante en tres autonomías, el temor a perder votos paralizó dicha reforma; ahora estamos en puertas de elecciones al Parlamento europeo y seguro que tampoco les conviene. Yo estoy seguro de que pasado el próximo verano los mismos que ahora despotrican contra el señor Ordóñez entonces nos venderán la moto de la conveniencia de una reforma más o menos en la linea de la que indicaba quien dice lo que piensa y, que puede hacerlo por no estar sujeto a la caza del voto, en muchos casos, irreflexivo e irresponsable.
Soy pensionista por jubilación, y cualquier reforma que hagan se que en nada me va a beneficiar, pero también sé que tal como van las cosas sino se hace algo a tiempo llegará el día en que la caja esté vacía y luego no habrá dinero para nadie. Así que tal como dice el refrán: Mas vale pájaro en mano que ciento volando. La verdad va por un lado y la demagogia y el deseo por otro bien distinto.
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