No es rescatar al aprendiz, es «aprendizaje permanente» para todos.
¿Formación dual? ¡Claro! En alternancia con la FP permanente ocupacional para la empleabilidad. Pero para cuando se tome conciencia de la necesidad de esta formación ignorada y marginada, ¿dónde estará la libertad e igualdad del conocimiento de las personas? ¿En que negocios privados con dineros del Estado se habrá perdido? El ingeniero y comentarista de «La Nueva España» Rolf Beyebach se lamentaba del olvido en que había caído el tema de la Formación dual, pero la realidad es que nunca hubo preocupación por el aprendiz, y menos por el aprendizaje, sino por otras cosas.
Una vez que nos demos cuenta de que el obrero ha muerto y que es necesario el «aprendizaje permanente» para hacer frente a la competitividad fomentando un desarrollo tecnológico y personal altamente cualificado, ocurrirá que ni trabajando todos gratis se podrá llegar a ser competitivos frente a países desarrollados cargados de robotización industrial, y eso a pesar de que en esos países también tengan conflictos económico/sociales por el bajo consumo que el desempleo tecnológico ocasiona. Este desarrollo tecnológico que, aunque abarate costes fabricando con todos sus robots día y noche, no logra vender sus productos por no encontrar consumidores entre los desempleados y empobrecidos del mundo. Además, con sus bajos costes y precios, obligan a que las empresas de más baja tecnología no sean competitivas, ni siquiera trabajando gratis. Cuando se tome conciencia de ello, se verá que una estructura del conocimiento escalonada será la clave de un futuro donde, tras la formación inicial de tipo general, será necesaria una formación especializada en el «aprendizaje permanente» con dos tipos de especialidades formativas: las de tipo ocupación y las específicas. Es decir: tras el grado vendrán postgrados en ocupaciones como: «Abogacía», o en materias específicas de especialización como: «Derecho Marítimo para navieras». Ahora la pregunta es: ¿quién pagará el «aprendizaje permanente»? ¿Deberá ser el dinero público o el privado? ¿Seguiremos con esa desfachatez de que sean medios privados los que hagan negocio con dineros públicos sobre tal necesidad? Debemos disponernos para un «aprendizaje permanente» flexible y adaptativo, basado en la empleabilidad de las personas, gratuito y universal, pues con él vendrá la competitividad y el desarrollo de los sistemas productivos.
Leo contrariado la noticia de que la Fundación Metal ha solicitado un ERE para prácticamente todo su personal. Una prueba más de que el sistema anteriormente elegido no era adecuado; pues, cuando más necesaria es la expansión y el desarrollo del «aprendizaje permanente», para una sociedad, los medios no propios como estos entran en ERE. El Principado de Asturias debe crear un Organismo Autónomo con cabida para estos centros que, unidos a sus centros propios, impulsarán a un cuerpo de instructores docentes de la Escala Media de Formación Ocupacional (abriendo oposiciones para sus respectivas especialidades formativas a todos los profesionales docentes de dichas fundaciones). Ese Organismos Autónomo para el «aprendizaje permanente» deberá organizarse por tecnologías y no por sectores. Está bien que la patronal y los sindicatos se agrupen por sectores productivos y secciones sindicales, pero el «aprendizaje permanente» nada tiene que ver directamente con ello, sino con el conocimiento que se agrupa por tecnologías y sus ocupaciones. Así: el Metal deberá organizase por medio de tecnologías con sus respectivas redes tecnológicas tales como: la «Mecatrónica» [con las redes tecnológicas de: Mecánica, Oleohidráulica, Neumática y Control y Regulación electrónicos], y «Estructuras Metálicas» [con: Calderería, Soldadura y Estructuras]. Obviamente, con ese Organismo Autónomo del Principado de Asturias, colaborará la Universidad y será una herramienta más en busca del necesario I+D+i liberador y de progreso.
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