El fiasco de la derecha
A un servidor la primera dama de la derecha asturiana siempre le pareció un remiendo de urgencia, con perdón, hilado por la señora Cospedal para tapar las miserias de un partido que en Asturias tiene la credibilidad hecha añicos. El apaño, que ya veremos lo que dura, goza de todas las bendiciones, al menos de boca para afuera, del señor Rajoy, quien, suponemos, conoce bien las habilidades parlamentarias de la señora en cuestión.
La maniobra, dirigida desde Génova 13, está muy clara: imponer a Cascos todas las travas posibles para no dejarle prosperar en el mercado electoral conservador. De las observaciones recogidas en prensa sobre las cuestiones tratadas entre Cascos y Cherines, que al parecer no tienen diferencias programáticas apreciables, se desprende un tufazo de desconfianza mutua que hace imposible cualquier acercamiento o compromiso de Gobierno.
Vista la situación de la derecha asturiana, con una líder popular, tercera fuerza política de la región, que piensa postularse para presidir el ejecutivo asturiano y el otro dirigente de la misma cuerda ideológica con iguales intenciones, la UPyD de Rosa Díez tiene allanado el camino para apoyar sin mayores aspavientos una alianza de izquierdas con pocas fisuras de entendimiento. Es más, si las cosas entre Cherines y Cascos no tienen vuelta atrás, a Javier Fernández le sobra con sus propios diputados para ser Presidente en segunda votación. Quién se lo iba a decir. Aunque, en el devenir político de esta tierra ya hay pocas cosas que causen asombro.
El tiempo dirá si los tres años que aún quedan de legislatura le sirven al PP para renacer de sus propias cenizas o, por el contrario, es FAC quien acaba fagocitando las aspiraciones de su principal enemigo político. La duda estriba en el tipo de oposición que harán unos y otros y ver cuánto tiempo tardarán, si es que así sucede, en propiciar la unión para una más que delicada moción de confianza. Es en esta tesitura donde UPyD puede tener mucho que opinar ya que en cuestiones relativas a un nuevo ordenamiento territorial y los cambios electorales para la circunscripción única, poco o nada le van a dejar decir. Tampoco IU, a nivel municipal, conseguirá desprender al Niemeyer de las garras de la Fundación socialista, ni llevar a buen puerto la ronda submarina para dar salida a los tráficos portuarios de la ría de Avilés que haga habitable la nueva centralidad avilesina. Si es que la Isla de la Innovación llega a tomar cuerpo algún día. De acuerdo a los intereses manifestados por todos y a la correlación de fuerzas en el Parlamento, lo único que posiblemente se salve, con la aquiescencia de Ignacio Prendes, es el soterramiento de las vías ferroviarias. Eso si un vendaval de recesión económica no da al traste con el Ministerio de Fomento y la Consejería del ramo.
Otra novedad es ver cómo se maneja la izquierda asturiana gobernando en minoría y la celeridad con que actúa en el cierre de chiringuitos creados por Tini Areces y que Cascos solo se quedó en la intención. También deberán abordar la privatización de la RTPA y dotar de sentido económico y logístico a la ZALIA. Todo esto y mucho más combinado con el mantenimiento de una Sanidad y Educación próximas a los niveles de eficacia actuales.
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