El crecimiento de Asturias
"Promover el crecimiento en diferentes tipos de regiones" fue el título de una Conferencia que tuvo lugar en Newcastle (Reino Unido) el 26 y 27 de marzo pasados, organizada por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) con el fin de presentar los resultados y conclusiones de un estudio realizado sobre 23 regiones de diversos países. Una de las regiones analizadas fue el Principado de Asturias y la razón principal por la que fue elegida es porque los indicadores que miden el crecimiento regional, principalmente el PIB regional, muestran un avance significativo desde finales de los noventa hasta el 2007, año en el que comienza a manifestarse la crisis económica actual.
La OCDE trata de encontrar por medio de este estudio las recetas que pueden aplicarse a diversos territorios que deben afrontar problemas similares; se trata, en definitiva, de aprender de la experiencia de los demás.
Pues bien, algunas de las conclusiones positivas detectadas tras el análisis de las políticas públicas aplicadas en Asturias están relacionadas con la educación y formación, a la vista de índices sensiblemente mejores que los del resto de España; las infraestructuras de transportes, notablemente mejoradas en ese período gracias a fuertes inversiones procedentes en gran medida de los Fondos Estructurales Europeos; un índice de productividad claramente superior a la media española en dicho período; y un mercado de trabajo caracterizado por un nivel de desempleo menor que el de la mayoría de regiones españolas. Los principales puntos negativos son dos y se concentran en la baja capacidad de innovación, incluso con relación al gasto público realizado para fomentarla, así como en el bajo nivel de espíritu emprendedor.
Subtítulo: Conclusiones de una conferencia organizada por la OCDE
Destacado: Los puntos negativos de la región se concentran en la baja capacidad de innovación, incluso con relación al gasto público realizado para fomentarla, así como en el bajo nivel de espíritu emprendedor
En la Conferencia de Newcastle fui invitada a presentar el caso de Asturias como ejemplo de buenas prácticas. Mientras preparaba mi exposición a un público que apenas sabía situar en el mapa la pequeña región del Principado de Asturias, pensaba en los enormes retos que los asturianos tenemos que afrontar en el presente y en lo rápido que la crisis económica se está llevando las escasas ventajas comparativas que llegamos a alcanzar con tanto esfuerzo.
Años antes de que se desencadenase la negra crisis actual, la Comisión Europea enviaba mensajes a las comunidades autónomas españolas advirtiéndonos de los alarmantes bajos niveles en los indicadores que miden la capacidad de innovación de España (situada al final de la cola de la UE), pero en aquel momento caían en saco roto, porque el modelo de crecimiento era otro y parecía suficiente mientras no se demostrara lo contrario. Ahora es algo más tarde de lo deseable y mucho más difícil; con menos recursos públicos tenemos que llevar a cabo una verdadera revolución del pensamiento colectivo que nos lleve a coger el tren del progreso.
Pero esta vez deberíamos aprovechar la ocasión para diseñar un modelo de progreso sostenible, respetuoso con el bienestar de las personas y con los recursos naturales de nuestro planeta. Además, deberemos basarlo en capacidades y valores humanos, como la creatividad y la solidaridad.
La OCDE, al igual que la Comisión Europea, nos propone trabajar para recuperar la senda del crecimiento económico, social y medioambiental, utilizando el método del enfoque territorial integrado, basado en políticas públicas dirigidas a aprovechar las oportunidades de cada territorio y a atajar las amenazas y debilidades específicas de cada región. Para hacer esto, el Estado de las Autonomías de España puede ser un modelo administrativo muy eficaz, siempre que se limen algunas ineficiencias que ya se han detectado en las décadas transcurridas. Los enormes retos que afrontamos nos exigen aplicar las mejores fórmulas de gobernanza, las más eficientes. Lo contrario supone malgastar recursos en un momento en el que ni siquiera están disponibles.
Para tener más información sobre este estudio: www.oecd.org/regional/promotinggrowth
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