Quebrantahuesos, no es lo que parece
Según como se digan las cosas parecen algo distinto a lo que son. Así, un acto esencialmente "feo" y rudo se convierte en hermoso y casi heroico. Pongamos de ejemplo al quebrantahuesos y a sus huevos en peligro de extinción. Sabido es el interés en ejecutar un trasvase de aves desde Aragón hasta Asturias, el proceso implica intervenir nidos. En esencia, significa acceder a un nido donde las aves cuidan de un huevo y quitárselo. Otro ejemplo de cómo trufar realidades es cuando a la intervención del huevo o del pollito (uno corrió esta suerte un 12.03.10) dicen que sigue un proceso de cría en aislamiento humano y posterior cría campestre. El aislamiento no existe pues una marioneta manejada por humano educa y un veterinario maneja al pollito. El único aislamiento es un nido. En cuanto a la cría campestre es cruda realidad de barrote y soledad pues consiste en tener 140 días al pollito en una jaula viendo cómo vuelan las aves libres. 140 días a la espera de un trasvase que a fecha de hoy cuenta con una única ave viva de la que nada se sabe desde hace mucho. El primer mandamiento de todo proyecto de reintroducción, no de trasvase, reza que las causas que provocaron la extinción de la especie a reintroducir deben haber desparecido. Pues díganselo al águila real que ha aparecido hace días moribunda en la Sierra de Cuera, lugar de campeo de la desaparecida Deva y de la muerta Leoncia amén de buitres y sólo Dios y silencio saben de cuántos más. Antecedentes mortales que demuestran cómo la amenaza que os mató al quebrantahuesos hace un siglo goza hoy de la misma buena salud. Aunque, y siguiendo con los mandamientos, quien lo sabe y no lo dice tal vez vulnera lo que el octavo reza.
David Garcia Fernández, portavoz de L´Aliaga
Barbastro
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