La Nueva España » Cartas de los lectores » Los mupis y el silencio

Los mupis y el silencio

1 de Junio del 2012 - Enrique Alvarez-Santullano Fontaneda (Oviedo)

Les propongo dos sugerentes ejercicios de imaginación. En el primero, usted (Juan, Margarita) está sentado cómodamente en su sofá y se dispone a pulsar el play de su radiocasete para escuchar una de sus cintas favoritas. Se trata de la reproducción sonora de una actuación del genial mimo francés Marcel Marceau. Tras media hora de absoluto silencio, quince minutos ininterrumpidos de rabiosos aplausos. El click del stop al saltar le indica que ha llegado al final de la cara A. Ha repetido esto innumerables veces, pero siempre es distinto. No ha visto nada, tan sólo ha imaginado lo que el rey del silencio ha representado, y experimenta una leve satisfacción, un estado de alegre melancolía que le lanza a la calle a comprar alguna cinta de vídeo con sus actuaciones. Bueno, quizá podríamos cambiar radiocasete y vídeo por CD o internet. Como quieran. El resultado es el mismo.

En el segundo, usted (Pierre, Yvonne) sale de la boca del metro de Concorde y pasea por los Campos Eliseos con la idea de comprarle un regalo a su madre. La tarde es agradable, la mente está relajada y la primavera brota, descarada, a su alrededor. De pronto ve frente a usted el mupi (es decir, un cartel de los de toda la vida) de la feria de la Ascensión de Oviedo. Supongamos que, totalmente seducido por el fantástico diseño del cencerro, entra en una agencia de viajes. (Aquí damos ya por hecho que su pobre madre se va a quedar sin regalo). Pero el cartel ha estimulado sus sentidos y necesita febrilmente información sobre esa extraña ciudad y su cencerro. ¿Cómo le recomendará la hermosa y eficiente agente de viajes (en el supuesto caso de que ésta sepa dónde está Oviedo) llegar hasta esta sugerente ciudad? ¿Quizás un vuelo directo en avión que, y ya es lástima, han cancelado recientemente? ¿O mejor en una combinación de tren rápido hasta la frontera y luego un lento traqueteo de vía estrecha por la España verde? ¿Tal vez un viaje en bus hasta El Havre y una travesía nocturna en barco hasta el puerto de la vecina ciudad de Gijón? ¿Por qué no en coche, por su cuenta, por autopista hasta Unquera, y luego Dios dirá? Aquí podemos cambiar París por Londres, Turín, Colonia, Barcelona, Lisboa, Bruselas, o Munich. El resultado, al final, también es el mismo.

Para el gran Marcel Marceau el silencio es infinito y, como el movimiento, no tiene límites; el límite lo ponen las palabras. Y los 1.400 mupis, añadiría yo. Le recomiendo desde aquí a nuestro alcalde y a sus concejales el estimulante ejercicio del mimo. Es más silencioso y nos sale más barato a todos.

Cartas

Número de cartas: 46112

Número de cartas en Octubre: 50

Tribunas

Número de tribunas: 2088

Número de tribunas en Octubre: 2

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador