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Circunstancias, las formas de los amorfos

10 de Mayo del 2012 - Marino Iglesias Pidal (Gijón)

Entendiendo por ser humano común el más común de los humanos, independientemente de sus logros, posición social, inteligencia, presencia, etc., únicamente en atención a su pensamiento y su comportamiento y sobre el cual muy bien se podría generalizar, puesto que las excepciones no pasarían de ser eso, el ser humano común, digo, a mi forma de ver, no se corresponde con el aserto de José Ortega y Gasset en lo que a la proporción de su ser se refiere. Creo que el filósofo dijo Yo soy yo y mi circunstancia, para añadir que la circunstancia forma la otra mitad de mi persona, y nadie dudó, a pesar del yo y de mi persona que en él se veía al ser humano, al hombre, por lo que uno no se ha cansado de oír y leer el hombre es él y su circunstancia, siendo, consecuentemente, la circunstancia la mitad del hombre.

Pues bien, para mí el hombre común que he dicho no aporta un cincuenta por ciento, sino un mínimo porcentaje a ése su ser. Tan mínimo que más bien parece ejercer de espejo en el que se refleja la circunstancia. Es, casi, solamente un ser vivo que sirve de soporte a la circunstancia para que ésta pueda manifestarse determinando su conducta. De no ser así veríamos con frecuencia que el ser humano, ante iguales circunstancias, reaccionaría, actúaría, de diferentes maneras, sin embargo no ocurre de esta forma, mismas circunstancias, iguales o muy parecidas actitudes. La evidencia más contundente de ésta mi teoría es la conducta de los políticos.

Ahora mismo encabezan la cartelera Rajoy, su mini ella Soraya y el resto del Gabinete. Marionetas sometidas por completo a los hilos de su circunstancia.

Fueron Oposición y se manifestaron como Oposición. Dijeron lo arreglaremos todo y lo haremos con equidad y justicia, ayudaremos más a quien más lo necesita, a unos con su pensión, porque ya han trabajado, y a otros brindándoles la oportunidad, que ahora no tienen, decían, de un trabajo digno con un salario digno. No les pediremos nada a los que muy poco o nada tienen, y más tendrán que contribuir quienes más tienen, porque puede hacerlo y es justo que así lo hagan.

Son Gobierno y actúan como Gobierno. Se ríen de sus promesas e inmediatamente de haber conseguido el poder dosifican, aún más, el aire a quienes ya tiene dificultad para respirar mientras que los que lo respiraban acondicionado siguen haciéndolo a pleno pulmón.

Los que tienen forma son casi todo ellos y el resto circunstancia. Los amorfos, qué desgracia que lo sean casi todos, son casi todo circunstancia y el resto ellos.

Qué despropósito que estos últimos sean los que marcan el camino de nuestra especie.

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