Al Qaeda

13 de Mayo del 2012 - J. Jesús J. Suárez González (Gijón)

En la próxima campaña para las elecciones presidenciales norteamericanas, que se celebrarán el día 6 de noviembre, el presidente Obama echará mano de dos argumentos para conseguir el voto de los ciudadanos, uno la tímida recuperación económica, otro el haber dado caza a Bin Laden . Son razones para motivar a los descerebrados o, si somos caritativos, a la gente poco informada.

Al asunto de la recuperación económica no vamos a dedicarle mucho tiempo, solo decir que EE UU no solo no ha corregido sus desequilibrios macroeconómicos, sino que los ha aumentado, en particular su Deuda Pública, que ya supera ampliamente los 16 billones de dólares (105% del PIB). El crack financiero no se ha producido porque la Reserva Federal sigue fabricando papel moneda, sin respaldo de valor, que es adquirida por China, que está financiando con ese dinero virtual su crecimiento en base a sus exportanciones. En el momento que el gigante amarillo quiera, EE UU entrará en la mayor crisis de su historia.

Pero si la situación económica real de EE UU es mucho mas dramática que la que nos quieren hacer ver, una gran parte de la información sobre Al Qaeda no solo está manipulada, es un auténtico embuste.

Mucha gente todavía no tiene muy claro hoy que es Al Qaeda y quién maneja sus hilos, pero no es de extrañar, dada la intoxicación propagandística que ha huido de analizar la realidad.

Al Qaeda, como todo el mundo sabe, fue una creación de los servicios secretos USA y del Pentágono para desalojar a los soviéticos de Afganistán. Una vez que la URSS invadió aquel país para sostener el gobierno comunista, EE UU no podía enviar tropas, porque eso significaba una confrontación directa con el Ejército Rojo en el área de influencia soviética, algo extremadamente arriesgado en el contexto de la Guerra Fría. Se decidió crear un ejercito de fanáticos religiosos que sería financiado por Arabia Saudí, adoctrinado y entrenado en campos de Pakistán y pertrechado por los propios EE UU con armas ligeras muy sofisticadas, como el misil antiaéreo portátil Stinger, que fue muy eficaz contra los aviones y helicópteros soviéticos. La jugada salió bien, (es un decir, viendo lo que está pasando hoy) y el Ejército Rojo se tuvo que retirar ante la sangría humana y económica.

Miles de aquellos mercenarios que habían sido reclutados en varios países árabes volvieron a sus casas pero siguieron cometiendo atentados atroces y crímenes de todo tipo. Argelia fue uno de los Estados que mas padeció en sus carnes la barbarie de los que habían regresado vistiendo pantalones bombachos y luciendo largas barbas. Los afganos, junto con algunos otros grupos, crearon el GIA (Grupo Islámico Armado) en 1.992 y sumieron al país magrebí en una orgía de terror que duró mas de 10 años, donde los degollamientos masivos y los atentados con explosivos eran el pan de cada día. El régimen argelino, pese a todo, resistió.

Pero los tentáculos de Al Qaeda, se extendieron por muchos otros lugares, con pruebas inequívocas de que los servicios secretos de varios países occidentales seguían organizando, financiando y armado a los terroristas. Los rusos siempre han asegurado que Al Qaeda estaba detrás de los grupos armados que operaban en Chechenia, algo que puede ser cierto, pero que no es tan evidente como la utilización de esa organización criminal en las Guerras de los Balcanes, en Irak, en la Guerra de Libia y en el actual conflicto sirio. Quién se quiera enterar de la verdad no tiene mas que preguntar a muchos de los voluntarios que hoy se entrenan en campos de Turquía, por ejemplo, de donde han venido y quien les paga.

La sombra de esta siniestra organización también se ha proyectado en atentados espectaculares que, si fueran ciertas nuestras tesis, parecerían no tener sentido, como el 11S en Nueva York, el 11M en Madrid, o los atentados en Londres. Incluso la propia muerte de Bin Laden a manos de los comandos de la NAVY sería absurda. Son contradicciones que, a falta de pruebas sobre una conspiración alucinante, tenemos que asumir.

Pero las vísceras desparramadas de los civiles sirios tras los recientes atentados de Damasco y la total certeza de quién los ha realizado y quién los maneja, despeja muchas dudas.

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