Conceptos recortados, parálisis productiva
Los conceptos recortados sobre formación y la parálisis de los AASS dejan sin empleabilidad a miles de personas y hasta al país entero.
Cuando se sale del camino lógico y razonable por el que el mundo camina, por mucho que diga lo contrario la patronal interesada en la subvención, hay que mirar atrás por el retrovisor para, dando marcha atrás sin ir a ciegas, recuperar los conceptos antes de poder volver a mirar hacia delante por el camino correcto. De lo contrario, acabaremos perdidos, inmóviles y empantanados, en la desolación.
Decían los AASS estos días que los cursos de formación para desempleados que son subvencionados por todos nosotros con dinero público y que se imparten en centros privados colaboradores de la Administración- no están siendo subvencionados por la crisis y que dejan a 400 especialistas en las materias formativas sin empleo, y a unas cuantas entidades privadas sin presupuesto, así como a miles de desempleados sin formación. Pero ¿por qué no hay más centros propios de la Administración y más funcionarios instructores docentes impartiendo cursos capaces de realizar tal servicio? ¿No se garantizarían así mejor la formación permanente a los desempleados y a todos los trabajadores? ¡Ah!, ¡siempre se me olvida! Ustedes ya no defienden los servicios públicos por medios propios de la Administración sino que por medio de entidades privadas colaboradoras. ¿Seguirán defendiendo este modelo para los servicios sanitarios? ¿Díganme por qué no?: clínicas, hospitales y fundaciones sanitarias participadas por ustedes, los sindicatos mayoritarios, junto con la patronal. ¿No es ese el futuro que han defendido desde hace treinta años para la formación de los trabajadores? Sólo hay que ver la multitud de empresas colaboradoras en sus boletines de enganche con abundantes descuentos para afiliados. Miren ustedes: llevan equivocando conceptos desde hace treinta años. Para empezar, y grávenselo bien, no hay una única formación y tres tipos de alumnos: estudiantes, desempleados, y empleados; sino que existen tres formaciones bien diferenciadas con sus respectivos contenidos escalonados con sus características bien distintas: la inicial, la permanente y luego, por último, la del puesto de trabajo en la empresa. Obviamente estas formaciones son las que hay que diferenciar con sus contenidos distintos. Sin embargo, ustedes, junto con la Administración educativa, están empeñados en que no hay diferencias de contenido, y claro: la empleabilidad del país por los suelos. No han sido capaces de desarrollar un «aprendizaje permanente» como servicio publico con medios propios de la Administración, sino que destruyeron el servicio que había para demandar al Estado el dinero que debería haberse utilizado en los centros propios de la Administración e incrementar sus contenidos, pero claro, ¡daban ustedes el servicio con sus centros privados y colaboradores! ¿Lo dieron? O malgastaron los fondos de formación europeos para mejorar nuestra competitividad y ahora nos encontramos sin competitividad, sin empleabilidad y sin productividad.
Las fundaciones formativas de la Construcción y del Metal, deben pasar a formar parte de un Organismo Autónomo de la Administración y su personal docente de las especialidades más recurrentes- convertirse en personal funcionario abriendo la Escala de Instructores Docentes con exigencia de experiencia laboral previa en sus respectivas especialidades. No más subvenciones a entidades privadas. Potenciemos los centros propios de la Administración y que los empresarios paguen e inviertan en formación promoviendo instalaciones de investigación en dichos centros propios de la Administración o den becas para centros y medios privados. Pero no más subvenciones encubiertas a sindicatos amigos y empresarios colaboradores para formación.
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