Señor alcalde, demasiado para un pueblo
Señor alcalde de Laviana: a usted, con todo respeto, y como máximo responsable electo del municipio, me permito dirigirle el presente escrito, habida cuenta que, a pesar del tiempo que pasa y que los problemas no sólo no se solucionan o intentan solucionar, sino que aumentan, cual se ve en lo tocante a la circulación y al acceso a algunos domicilios, como el caso de la plaza Maximiliano Arboleya –que no es único, por supuesto– y que pese a venir de tan atrás no se ve ni una medida encaminada a remediar este caótico lugar. Más bien se acrecienta y, pese a ello, se ve que nadie procura remediarlo. Porque si de veras se intentasen solucionar estos problemas y otros, como la ocupación de muchos pasos peatonales por vehículos, a buen seguro que los que tal hacen se mirarían mucho para próximas ocasiones.
Este pasado lunes, sobre las 10 de la mañana, problemas para salir. Y cuando se regresa sobre las 13.30, lo mismo. Un coche cerrado a cal y canto ocupaba el espacio, por demás limitado, de entrada y salida a la plaza Maximiliano Arboleya. Lo pueden atestiguar los cuatro a seis operarios municipales que colocaban un poste que algún vehículo había afectado. Nos precedía otro coche, que hace señales acústicas, a las que no respondió nadie. Quien llega detrás hace lo mismo, señales acústicas para exigir acceso libre. Y así las cosas, sale un carnicero increpando agriamente a quien hacía señales acústicas. Que no es la primera vez que semejante industrial hizo lo mismo. Dice que avisemos a los municipales, como si los señores agentes no supieran lo que ocurre. Los señores agentes saben eso y más. Sin embargo, pese al gran celo en cumplir con sus deberes, se ve que no son capaces a evitar tanto desaguisado como en materia de estacionamiento, privación de accesos, ocupación de vados, de aceras, de esquinas, de plazas, de tal modo que, llegados casos como el que referimos, es normal que no aparezca nadie; están en funciones de sus deberes en otras partes. A lo mejor custodiando detenidos. Como tal ha manifestado un señor agente.
De modo, pues, señor Alcalde de Laviana, que dado que nadie respeta –o pocos– el derecho de los demás, y nadie parece que haya quien haga valer normas establecidas en función de circulaciones, solicito públicamente que determinado vehículo –que haré saber– pueda dejarse encima de pasos peatonales, encima de aceras, en curvas, en las plazas públicas, ante vados, en las rampas de coches para inválidos, y demás lugares, sin límite de tiempo, como en carga y descarga, y siempre haciendo caso omiso de las señales, como hay quien hace y no pasa nada. Pues eso, que nada ocurra a quien hace esta solicitud, pues que, para pagar denuncias falsas, efectuadas por abuso de autoridad, ya sabemos algo. De modo que solicito ocupar espacios libre de denuncia. Y, si no, que ningún carnicero nos increpe por pedir que otros no nos cierren los accesos, que el Ayuntamiento en sus funciones y con sus funcionarios no es capaz de evitar, ni de que cada cosa esté en su sitio ni que cada cual cumpla con sus obligaciones.
Al respecto, señor Alcalde, se podría escribir mucho, porque a ello hay quien está dando lugar.
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