La represión china debe acabar
Son ya 23 los años que han pasado desde las protestas de Tiananmen y tres desde la revuelta de Urumqi sin que el Gobierno chino haya permitido una investigación imparcial sobre los hechos acaecidos.
Además de las muertes, son también numerosas las personas que permanecen en prisión por su participación en los hechos o por hablar de ellos. Éste es el caso no sólo del conocido premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, sino también de Shi Tao, Yang Tongyan, Ablikim Abdiriyim, Nurmemet Yasin y muchas otras personas.
La represión china debe acabar, las autoridades deben cesar en su intento de silenciar a quienes piden cambios, respeto a los derechos humanos y a su identidad cultural.
Pero, además, el Estado chino debe dejar de actuar en la impunidad y permitir una investigación completa e imparcial que explique lo sucedido en ambas protestas y depure responsabilidades.
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