Control a la economía sumergida
¿Por qué el Gobierno no quiere acabar con la economía sumergida? Es muy sencillo, en primer lugar, los políticos tendrían que explicar a los ciudadanos que este tipo de prácticas hunde cualquier país; deberían empezar por la escuela, ya que los niños tienen más conciencia que los mayores, en definitiva, educación y honradez entre la ciudadanía. Pero ustedes se preguntarán a qué viene esto.
Cuando uno necesita cualquier tipo de obra o arreglo en su propiedad, buscamos algún jubilado o parado por aquello de hacerle un favor, y si lo hacemos con un autónomo, ya que a la hora de pagar la factura siempre te preguntan con IVA o sin IVA, lo normal es que le digamos sin IVA, a nadie le gusta pagar cincuenta euros de más.
Mi amigo Benito, que llegó a tener doce empleados, ahora trabajan él y otro de vez en cuando, me contaba que es imposible con tanto intrusismo como existe entre los parados y, sobre todo, los prejubilados; su oficio consiste en colocar parqué y todo lo relacionado con arreglos dentro del hogar. Mis conversaciones con él siempre terminan echando la culpa al Gobierno de turno. Dice Benito que sería fácil si Hacienda permitiera a las familias que teniendo unos gastos extras de cualquier arreglo en su domicilio o ir al médico particular o cualquier tema que te ocasione un gasto extra se pudiera deducir a la hora de presentar tu declaración ante Hacienda con las facturas correspondientes. El control sería más sencillo y cree que se crearían más puestos de trabajo.
Por tanto, se deberían modificar los gastos a deducir o un tanto por ciento. Yo, después de ver cómo con tanto experto nuestra economía y nuestros bancos andan dando tumbos, la gente sencilla no entendemos cómo es tan difícil atajar este tipo de economía sumergida. Puede que algún experto me quiera aclarar, después de esta reflexión, que no es tan sencillo como plantea Benito, pero después de pasarme horas hablando con él sobre este tema estoy convencido de que algo tiene que cambiar, como dice Benito, y que los ciudadanos nos concienciemos que por el bien de las familias es conveniente modificar nuestras conductas y ser menos permisivos con los que quieren vivir a costa de los que pagamos nuestros impuestos, con gastos extras y sin poder deducir de la declaración de la renta, mientras otros se benefician y no se crean nuevos puestos de trabajo, como dice mi buen amigo Benito.
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