Una chapuza de órdago en el Colegio Jovellanos
El continuo peregrinar de los alumnos y padres del Colegio Jovellanos de Gijón parece que no tiene fin; da igual que tengamos un gobierno o un desgobierno, las cosas siguen igual, es decir, no se hace nada en condiciones; es más, todo es un cúmulo de incompetencias y negligencias.
Mucha gente estará harta de que siempre salgan protestando los mismos, pero es que no les queda más remedio; primero se movilizaron para que los alumnos no tuvieran que cruzar varias calles para poder ir al recreo, luego porque les entregaron un colegio a medio hacer que recordaba a la película "Esta casa es una ruina" y ahora vuelven a la carga con una nueva paralización de las obras...
Desde Educación pretenden reunificar dos colegios en uno, incluso le han dado un nuevo nombre, C. P. Melchor Gaspar de Jovellanos, pero todo esto que parece tan bonito sobre el papel implica el doble de alumnos, que tendrán que disfrutar de esos fantásticos momentos de recreo hacinados como sardinas en lata en un patio que se inunda cuando orbaya un poco.
Se entiende que estamos en época de crisis, que se recortan los presupuestos de Educación, pero tiene bemoles, por no decir otra cosa, que también tengamos que tragar con que es normal dejar como patio de recreo de un colegio un solar con una valla de obra como cierre perimetral, sin verjas, con un socavón de varios metros, dos partes de un muro en mitad de la pista y multitud de zanjas y maleza.
Supongo que los niños estarán encantados de tener un mini Terra Mítica a la salida de clase, pero, como siempre, la seguridad de los menores queda relegada al último plano por detrás de intereses políticos varios, tal como ocurriera en ese mismo colegio con el famoso sistema de apertura de emergencia de la puerta, que, por cierto, sigue siendo eléctrico en vez de hidráulico, que digo yo que ya va siendo hora de que se lean las normativas, no?
Así que, vecinos de la zona, preparen esos tapones de oídos que ya habían abandonado en un cajón y ármense de paciencia, porque todo esto augura una larga temporada de pitadas y de cortes de calles, y todo gracias a los fantásticos y fabulosos consejeros de Educación del Principado de Asturias, que por lo visto deben ser escogidos entre los más inútiles e incompetentes de su promoción a la hora de gestionar su Consejería, porque de otra manera todo lo que ha padecido la comunidad educativa de este centro no tiene explicación posible.
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