Oviedo, trabajar desde la modestia
Partiendo de la base de que hay que agradecer a Pacheta su trabajo del año pasado salvándonos del descenso, no es el entrenador ideal para este equipo.
El Oviedo necesita imperiosamente subir, y aunque está en los puestos altos, da auténtico dolor verlo jugar.
Salvo en Madrid (donde ganó al líder), dio auténtica pena en el resto de los partidos. No se puede intentar ganar siempre a base de presionar arriba, aprovechar la pegada de algunos jugadores y sin elaborar una sola jugada. Es realmente triste ver cómo la jugada de inicio del juego es saque largo del portero o despejes de los defensas. Eso no es fútbol y que no nos venda el señor Pacheta que es un juego entrenado. Eso es lo vulgarmente conocido como «patapumba».
Jugando bien se pierde algún partido, jugando mal se pierden muchos. Con 14 partidos perdidos no se va a ningún sitio. Partiendo de que varios jugadores no están ni para jugar en Tercera y que otros que tienen talento se ven sacrificados en un juego que no los acompaña.
Independientemente de lo que pase a nivel directivo, espero que el próximo director deportivo (podemos estar ante la última oportunidad antes de desaparecer) se centre en buscar gente competente y en especial un entrenador que dé el nivel (dejándonos de experimentos tipo Carrasco o Pacheta, con una experiencia de siete partidos en Primera, que si gente experimentada en categorías superiores..., ¡¡¡pamplinas!!!).
Somos el Oviedo y necesitamos un entrenador que sepa trabajar desde la modestia que ocupamos hoy, no desde la historia que hemos tenido. La persona ideal sería el hoy caudalista Paco. Además de ex jugador azul y entrenador en categorías inferiores, ha demostrado de sobra su preparación y conocimientos.
Entrenó al Berrón, llevándolo al histórico ascenso a Tercera y posterior permanencia. Se fue al Langreo, donde jugó una fase de ascenso a 2.ª B. En el Lealtad de Villaviciosa jugó dos promociones de ascenso. Posteriormente, salvó al Avilés del descenso. Se fue al Caudal, al que hizo campeón de Tercera y ascendió a 2.ª B. Bajó en la promoción con el presupuesto más bajo de la categoría y sin pitarles un solo penalti en todo el año y viéndose perjudicado en ser un equipo modesto pero pagador sin poder fichar jugadores que ficharon otros con promesas incumplidas.
Este año sigue en el Caudal de Tercera, yendo líder indiscutible ante el superprofesionalizado Avilés, con varios jugadores que actuaron en Primera.
Sus equipos juegan bien al fútbol, trabajan varios sistemas en función de jugadores y equipos rivales.
¿A qué espera el Oviedo a dar la oportunidad a alguien que todos los años entra en las quinielas y a quien la afición respeta? Podemos estar ante la última oportunidad de salvarnos, yo me encomendaría a alguien de probado oviedismo y que se merece entrenar a su «equipo».
Fernando Fernández García, Madrid
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