Con Esperanza, sí
Se ha consumado el aquelarre separatista en Madrid. A pesar del disimulo, la falta de transparencia y la manía de querer tapar la evidencia por parte de esos políticos tibios e indiferentes que tenemos colgados a la chepa, los separatistas vascos y catalanes, azuzados y protegidos por los politiquillos regionales y ministrines autonómicos que los mangonean, han conseguido su objetivo: apedrear a España. Tal y como lo había pronosticado y denunciado publica y valientemente doña Esperanza Aguirre. Una señora que tiene, sobradamente, algo de lo que carece el noventa por ciento de la clase política celtíberica: dos ovarios como las pelotas del caballo de Espartero, Todo lo que dijo Aguirre se cumplió íntegramente. Vergonzosa pitada al himno nacional, insultos al Rey, y las consabidas frasecillas a coro de español el que no bote y Esperanza, hija de puta. Nada nuevo bajo el sol. Y es que la cosa se repite siempre que hay ocasión. Lo denuncia solo Esperanza Aguirre, pero lo piensan la mayoría de los españoles. Aunque nuestros dirigentes miren para otro lado mientras nos insultan. Ellos saben mejor que nadie que la quema organizada en la región catalana de retratos del Rey y de banderas españolas, los gritos y los pitos contra los símbolos de la patria en un campo de futbol no son contra la Monarquía, ni contra el Rey, ni contra la Familia Real. No. Son contra España, contra la nación española, única, indisoluble e indivisible como dice nuestra Constitución. Pueden nuestros políticos echar todos los balones fuera que quieran, pero esta es la realidad. Muy triste pero así es. A esto se ha llegado en España por la cantidad de consentidores tibios y aborregados que han ocupado puestos de responsabilidad en nuestra Nación, desde Adolfo Suárez hasta hoy. El ponerse de perfil y mirar para otro lado no soluciona nada. No es normal que se permita que unos individuos vayan a Madrid a insultar a España y a sus instituciones y que no pase nada. ¿Y para que se recogen, entonces, en nuestro Código Penal los delitos contra la Corona, contra las instituciones del Estado y las ofensas y ultrajes a España y a sus símbolos y emblemas? Más papel mojado. Estos individuos se saben impunes, y hoy pitan pero mañana a saber que harán. Total les sale gratis. No quejamos de que nos roban Repsol y no nos respetan en Argentina y en Bolivia. Y hasta las monas de Gibraltar nos tiran piedras y no nos dejan pescar en nuestras aguas. Pero ¿como nos van a respetar por ahí adelante, si somos los propios españoles los que no nos respetamos ni a nosotros mismos? Que razón tiene Esperanza Aguirre.
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