Agravios comparativos
Obviamente la ofensa o perjuicio que se infiere en sus derechos o intereses a una persona o colectivo es un agravio. Por tanto, denunciarlo y criticarlo entra dentro del sentido de la razón y, por supuesto, en la libertad de expresión. Lugones a lo largo de su historia ha estado marginado ostensiblemente de la política municipal y regional. En los últimos cincuenta años ha sido uno de los pueblos, o el que más, rápido y espectacular crecimiento ha experimentado de Asturias. A este crecimiento se ha sumado de manera sustancial los polígonos industriales próximos de Silvota y de Asipo, aunque fuera de la parroquia y del municipio. Como ocurrirá con el polígono de Bobes, si algún día se pone en marcha. De ahí que algunos nos ocupáramos con perseverancia durante décadas de poner de relieve esta bochornosa discriminación con un pueblo que ha contribuido al desarrollo de Asturias.
Tan sólo durante dos legislaturas (1999-2007), Lugones ha ganado en servicios, gracias a los pactos firmados para la gobernabilidad del municipio de Siero. Pero este comportamiento en cuanto inversiones, se debe fundamentalmente al movimiento ciudadano promovido por la Asociación de Vecinos «San Félix», que nunca se lo agradecerá lo suficiente la comunidad, que impulsó, además, en el año 1991, la creación del grupo Consejo Astur «Conceyu», y que marcó un hito en la historia de Lugones. No hubo otra razón por la que experimentara esas mejoras en la calidad de vida, que nadie se devane los sesos. La prueba la tienen en la presente legislatura al no alcanzar los suficientes apoyos «Conceyu» para seguir en el gobierno, achacable al comportamiento incomprensible de electorado en las elecciones de la primavera del pasado año, ya estamos pagando las consecuencias.
Por todo ello, no se trata de ambición, ni de envidia ni de celos, la verdadera inquietud de los vecinos de Lugones es la de defender la equidad en su justo equilibrio demográfico. De que los ciudadanos de vivir en Lugones o en la Pola acusen una diferencia notable de trato inversor y, consecuentemente de servicios, ya que, además, la diferencia de población no es sólo un puñado de habitantes, la diferencia a favor de Lugones es bastante superior por los vecinos que no están censados aquí, por eso se suele barajar la cifra de 14-15.000 habitantes. No se nos ocurriría pedir, por ejemplo, un auditorio. Pedimos que se mitigue lo más posible la contaminación atmosférica. Un centro geriátrico. Que se acondicionen los bajos reservados entre las calles Luis Braille y Alas «Clarín» para el hotel de asociaciones, aprobado en la legislatura anterior. Que se conceda licencia municipal para la construcción del tanatorio pendiente desde hace varios años, equipamiento que no le cuesta nada a las arcas municipales y que, por cierto, los vecinos empiezan a sospechar de que existe una mano negra, la izquierda, que está retrasando este expediente.
En definitiva, nosotros, los vecinos de Lugones, no tenemos la culpa de que éste sea un lugar estratégico, que encierra las características propias de un lugar de gran accesibilidad situado dentro del triángulo Oviedo, Gijón, Avilés.
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