Los fuertes y unidos serán protegidos
El olor que se respira en el ambiente es olor a neumático quemado. Un olor que, a modo de incienso, se ofrenda a los dioses para que otorguen sus privilegios. Ésta, que no es una situación nueva, es la novedad: Javier Fernández ha hecho un gran discurso de investidura y, como un Hector de Troya, se apresta a su defensa. ¿Defenderá Troya? No sé, puede que sólo pretenda dirigir a sus ejércitos en defensa de su dinastía. No importará la lógica y sus argumentaciones; Casandra: la defensora de la igualdad social, de la libertad del hombre y de su independencia; nunca será escuchada. Los medios de comunicación hace tiempo que nos dicen que miremos sólo al futuro, y la plataforma Asturias Siglo XXI, apoyada por este diario, así lo hace. Pero el ejercito de Troya, que acaso dice defender al futuro, tan sólo está defendiendo el pasado y su pervivencia. Para ellos siempre habrá cosas más importantes que defender que a los simples ciudadanos de Troya. Pues es a Helena (sí, con H de Hunosa) a quien se quiere proteger. Una belleza que atrapa a los hombres en sus profundidades negras como el carbón y que, a pesar de su peligrosidad, nadie quiere abandonar. Esa es la máxima obligación que, como honor de familia, debe el gobernante defender. Así se lo manifiestan sus fuertes y aguerridos soldados aprestándose a la defensa de Helena. Se nos dirá que ésta es una estratégica defensa del carbón porque, sin Helena, Troya se hundiría. Que debemos protegerla del acoso del liberalismo de Madrid y del económico cansancio de Barcelona, que exigen que sea entregada al libre mercado, devuelta al sitio de donde fue raptada. Pero, una vez protegidos ellos con ella y ella con ellos, el pueblo de Troya, e incluso la propia Troya, podrán ser masacrados. Al fin y a la postre, ¿qué, o quién, es Troya?, ¿sus ciudadanos desprotegidos; los jóvenes desesperados que, dada su formación, no encuentran valor ni modo para huir de ella; las pymes o los solitarios autónomos que se la juegan en su autonomía; los desempleados que en el gran número de uno de cada cuatro se buscan la vida en sus calles; o todas esas personas que, ni viven al amparo de Helena ni de sus guerreros y que, sin tener su belleza, resisten con sus miserias? Pues bien: todas ellas serán masacradas. También las castas bien pergeñadas de la educación y la sanidad, fuertes y unidas, serán protegidas. Porque: ¿qué sería de Asturias sin la educación de los centros apropiados y la formación colocada en manos de los sindicatos? Además, como todo el mundo sabe, sin salud no se puede ir a ninguna parte. Europa une a los más fuertes para protegerse y los no protegidos serán masacrados. Urge pues una verdadera UE que apoye y se una a los desprotegidos. Pero esta izquierda que se dice de izquierdas, sólo quiere uniones solidarias para apoyarse a sí misma y atacar a otros. Sobre todo, les es fundamental desviar la atención de las masas hacia un culpable ritual: la iglesia católica. Es lo de siempre.
Las pymes, con sus trabajadores sin tiempo para formarse ni espacio para enfermarse, son irrelevantes. Y lo que no pueda ser protegido... El futuro de Troya será inevitable. Con la menor tasa de actividad del mundo, abrió sus puertas a asturcones de madera, engañosos trofeos triunfales del arecismo. Y ahora, olvida a los jóvenes que, desesperados, ya no quieren pertenecer ni Troya ni a mito alguno. Pues convertidos en leyenda, unos se marcharán lejos y otros a la revuelta. ¿Y los protegidos, aguerridos y valientes guerreros troyanos?, ésos, dirá la Historia que, tras la destrucción de Troya, sufrirían el acoso de los cantos de sirenas cuando, agotados, fueron arrojados a las arenas de las playas del sur de Europa, jubilosos. Mientras, relatarán odiseas sin cuento, y los PIGS de Europa, abandonados ya a los mercados, sin escapatoria por sus mentiras (unos más que otros), tejerán en la oscuridad de la noche su sudario.
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