No somos cuatro
Visto el artículo sobre las fiestas de La Corredoria, como representante de una serie de vecinos afectados desearía hacer las siguientes reflexiones:
¿Cómo se puede decir que cuatro vecinos desean perjudicar a dieciocho mil?, ¿por que será? ¿Nadie se parará a pensar que algo gordo habrá detrás?
Nosotros sí queremos fiestas, pero unas fiestas seguras y que acaten las normas; no somos extraterrestres.
Para corroborar lo argumentado puedo decir que lo que queremos es:
1.º) Seguridad.–La hoguera –su ubicación carece de espacio, concentrando un atasco de miles de espectadores que no tienen vía de escape alguna, pues el pasillo de acceso al recinto ferial está taponado, amén de falta de protección de la propiedad privada (vehículos, edificios, jardines, etcétera).
2.º) Higiene y limpieza.–Las fincas privadas se convierten en estercoleros y basureros, al carecer de la suficiente infraestructura para el aforo que se genera (cuatro aseos para más de veinte mil personas, y cinco cubos de basura).
3.º) Horarios.–Incumplimiento de los mismos. Bares y atracciones no los respetan.
4.º) Ruidos.–Un gran arco de triunfo por el que nos golean; los niveles sonoros alcanzados hacen retumbar las paredes. Tal vez ellos no trabajen; los demás sí, gracias a Dios, viendo los tiempos que corren.
5.º) Vigilancia.–Un servicio continuo de seguridad, bien privado o público, que prevenga la delincuencia y sus consecuencias.
6.º) Irresponsabilidad.–Ni la Sociedad de Festejos ni el Ayuntamiento se hacen cargo de las reclamaciones, tanto de los daños como del cumplimiento de las normas.
¿Cómo será posible que cuatro vecinos torpedeen las fiestas? ¿No será, más bien, que es más fácil prestar oídos sordos a los perjudicados? Esta situación no es nueva, hay un amplio dossier acumulado de años anteriores y al que por fin parece que se le empieza a oír. Ahora esperemos que, además, se le escuche.
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