Los tejados de La Carisa
Soy una vecina indignada viendo cómo, una y otra vez, salen en prensa quejas y denuncias de algún vecino por la mala gestión y, a su entender, chapuza de los tejados del barrio de La Carisa; pues bien, yo no debo vivir en el mismo barrio.
Yo veo todo lo contrario. Hace años que llevamos reivindicando que se nos quiten las uralitas de esos tejados. El Ayuntamiento se comprometió con los vecinos y aunque haya tardado un poco, la obra ya está aquí (y prácticamente terminada).
Los vecinos tuvimos una reunión en la que cada uno expuso todas sus quejas y problemas. Se desarrolló de modo cordial y en presencia de la constructora y un representante del Ayuntamiento. Este vecino es, por cierto, nuestro alcalde de barrio, ahora concejal, vecino y persona trabajadora allá donde los haya, Alfonso Pereira.
La empresa se está haciendo cargo de todos los desperfectos, puesto que, además, hay un seguro, pero, claro, dos personas o tres asistentes a la reunión parece que no están de acuerdo con nada, ¡Dios mio! Entiendo que quieran hacer oposición al pertenecer al partido que actualmente no está en el poder en el Consistorio de Oviedo, pero, que yo sepa, tendrá que ser constructiva y no destructiva. No entiendo que protesten constantemente por todo lo que se está haciendo en beneficio del barrio. Yo sólo puedo dar las gracias, lejos de simpatías políticas.
Primero, debo agradecer el trabajo de los obreros y encargados de la obra. Cualquiera se puede dirigir a ellos y comentarles cualquier problema.
En segundo lugar, agradezco la amabilidad de la constructora, que no dudó en bajar al barrio y explicarnos las cosas a todos.
Por último, doy las gracias al Ayuntamiento de Oviedo y, en especial, a Alfonso Pereira. Ésta era una de las obras más importantes en beneficio del barrio, junto con el parking y, digo yo..., ¡tanto como luchamos hace muchos años todos unidos! Gracias a la AA VV se fueron consiguiendo muchas cosas y ahora es el momento de admirar cómo tenemos el barrio y dejarnos de buscar porquería, pero, claro, la política es la política, pero... los vecinos de eso no entendemos.
¡Ah! Para terminar, de eso que aparecía en prensa de cuatrocientas denuncias vecinales, nada de nada. Sé que siempre se tiende a redondear las cifras, pero esta vez se ha hecho muy al alza. Yo les doy la cifra exacta: somos trescientos setenta vecinos y sólo se quejan dos.
Por favor, ¡basta ya!, déjenlos trabajar. Menos mal que nos están haciendo la obra gratis, porque si no otro gallo cantaría, y muy alto.
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