La ciencia veterinaria y sus profesionales
Sin lugar a dudas los/as integrantes del colectivo veterinario están realizando una labor encomiable con los animales, digna de tener en cuenta.
Como socio de una protectora de perros y gatos, he comprobado en muchas ocasiones con qué carilla y atención este colectivo veterinario trata a sus «pacientes»: el caso que deseo referir aquí no se trata de animales de las especies antes mencionadas, sino que esta vez se trata de un ave de la familia de las tórtolas, en este caso, macho.
Siempre he considerado que el trabajo que realizan los veterinarios con los animales entraña más dificultad para tratar de curarlos que la atención médica a los seres humanos.
Un médico puede preguntarle a su paciente todo cuanto crea oportuno respecto a la sintomatología que padece para la localización de la enfermedad que pudiere aquejarle: en cuanto al veterinario/a, pienso, que muchas veces tienen que actuar por hipótesis salvo en los casos en los que pueda contar anticipadamente con la ayuda del laboratorio o del servicio radiológico.
En este escrito no era mi intención reflejar nombres de clínicas veterinarias ni de profesionales de las mismas, pero, he aquí cómo esta simple ave mencionado más arriba me ha hecho cambiar de opinión.
Me explico: una mañana observo que esta ave estaba muy enferma, por lo que, sin demora, la llevo a la clínica El Caudal, ubicada en la calle San José de Calasanz, número 17, bajo, en Mieres del Camino.
En la referida clínica se hizo cargo del «enfermo» la doctora en veterinaria doña María Eugenia del Coz Díaz, titular de la referida clínica. Pacientemente, exploró al pajarito, lo nombro así ya que es pequeñito (como un polluelo de paloma), incluyendo en la exploración una radiografía para llegar a un diagnóstico certero con el que, con la medicación adecuada prescrita por la referida doctora veterinaria, hoy el «enfermo» goza de una estupenda y muy buena salud.
Desde estas modestas líneas quiero darle mi más expresivas gracias a la referida doctora veterinaria, doña María Eugenia del Coz Díaz; primero, por su certero diagnóstico y total curación de la mencionada ave. Segundo, por la atención, paciencia y tiempo que usted ha empleado hasta llegar a tan certero diagnóstico. Una vez más, muchas gracias.
Un cordial saludo para todas y todos los trabajadores de la mencionada clínica.
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